lunes, 18 de abril de 2011

BMW 116d, segundo asalto

Mirando las estadísticas del blog, llama la atención que el artículo de la prueba del BMW 118d siga siendo la página que más visitas recibe. Tras haber vuelto a conducir un Serie 1, me siento obligado a reescribir el artículo, aquel en el que hablaba de un “terrible motor”.


Avis es una verdadera lotería, al menos en el aeropuerto de Asturias. Volviendo de Laos por vacaciones, tras un año sin conducir, qué menos que alquilar un coche con el que llegar a casa desde el aeropuerto, porque sigue sin estar comunicado por tren, y desquitarse-desquiciarse por la autopista a 110. Como digo, esta oficina de Avis es una lotería, pero lotería en la que siempre pierdes, salvo que protestes. Yo tenía alquilado un Audi A3, porque es un coche que me gusta y, de entre los anunciados en la web, era lo más decente o apropiado. Pero no, me quisieron dar un Volkswagen Golf, que no es un mal coche, pero es que no es un Audi (aunque la base sea la misma). Luego un Volkswagen Passat, que es un gran coche cuando tienes 52 años y eres una persona seria, es decir, aburrida al menos automovilísticamente, que no pudo comprarse el Audi A6. Luego otra vez el Golf, luego ya a saber qué. Hasta que inexplicablemente, de la nada, surgió un BMW 116d. ¿Tanto trabajo cuesta ofrecer ese de primeras? Se ve que no, y se ve que no guardan el historial de clientes, porque les he alquilado unos cuantos ya (y siempre me la intentan colar).


Sacada de KM77, claro...


Al tema, BMW 116d 5 puertas, blanco taxi, interior negro, 1.400km en el contador, coche nuevo. Se agradece que sea nuevo, pero ya aviso que eso ha podido condicionar las conclusiones que van a leerse a continuación. Por fuera me gusta, creo que ya todo el mundo lo ha visto mil millones de veces (especialmente en Asturias, o más concretamente en Oviedo, donde parece que los regalen a la muchachada de la “zona alta”). Por dentro se nota que es una evolución. Ya tiene sus años, pero conviene recordar que la chapucilla de la guantera sujeta por una cinta de nylon, o la simplicidad insultante de las puertas, han dado paso a un interior pelín más adecentado, en la línea aparente del Audi A3. El coche sigue siendo BMW en postura de conducción, en calidad de asientos, en calidad interior en general, en la dureza que se nota ya en parado. Más que dureza, solidez. Claro, no al nivel de un Porsche, pero sí por encima de coches más económicos. Porque, como seguramente vuelva a decir más adelante, los coches caros son generalmente mejores que los coches baratos.


Claro, ellos te ponen el de gasolina a tope de equipo...


El acceso a las plazas traseras sigue siendo malo, no han cambiado las puertas, claro está. Entre que la puerta abre poco, y el respaldo del asiento queda muy retrasado, uno intenta entrar y se va para atrás en caída libre. No, no es así. Y no es así porque al escalón de entrada, muy alto y profundo, se le sigue sumando ese ridículo espacio para los pies, por el que sólo pasan pies de tamaño niño hasta 6 años. Cosas del diseño, claro. Así, es probable que uno quede sentado en escorzo, con la puerta abierta y los pies fuera del coche. Postura digna, que se dice. Sentar dos niñas atrás, con sus correspondientes sillas, y atarlas, es realmente difícil e incómodo, más pensando que el coche tiene puertas y tal. No creo que hacer eso en un Mini Clubman sea mucho más difícil. Pero si no, siempre se puede optar por llevar exclusivamente acompañantes adultos amputados de tobillo para abajo. Lo que pasa es que uno está de vacaciones y va a la playa con la Infanta y su prima.


Delante no, delante uno va magníficamente, como corresponde a un gran coche, aunque lo cierto es que el espacio interior no es especialmente amplio, y el techo queda cerca. Es algo que me llama la atención en estos coches cerrados, quizá demasiados kilómetros descapotado tienen la culpa, pero midiendo 1,79 y con el asiento casi abajo del todo, no más de cuatro dedos separan mi cabeza del techo.



En realidad era como éste

El embrague es de coche grande, largo y sólido. La caja de cambios tiene un manejo delicioso (para ser lo que es), los frenos frenan, el acelerador acelera (dentro de las posibilidades del motor que se le ponga), y la dirección es directa. Obvious good car is obvious. El tacto es, como ya pasaba en las primeras unidades, de coche grande, y se agradece. El tacto es de calidad, por encima del resto, lo nota el conductor y lo notan los pasajeros. Dejémonos de tonterías, a casi todo el mundo le gusta una vez instalado dentro y en marcha (cosa distinta es que les guste pagar por ello).


El motor. De entrada, sistema star-stop que funciona de forma perfecta, parando el motor sin vibraciones y arrancando al pisar el embrague o al mover la palanca, también sin mucha vibración. El coche suena a diesel, porque lo es, pero es sólo el sonido. Aquella sacudida generalizada que daba el 118d que probé ha dejado de existir. ¿Puede que sea por ser un coche nuevo y tener aquel otro sus 8.000 kilómetros de pasar por mil manos? No lo sé, y no me atrevo a asegurarlo. En marcha el motor responde tal y como uno puede esperar de la potencia del motor, dato que desconozco en estos momentos y que, verdaderamente, me trae sin cuidado. Puede dar una aceleración bastante decente, y también ser un poco frustrante si pretendemos que remonte en sexta desde poco más de 100 kilómetros por hora. Quédense con lo primero, lo segundo es practicar conducción estúpida.


Que si hay que elegir, el que me gusta es éste


Entre que el coche era blanco y el ruido del motor, por ciudad me sentía un poco taxista, pero al menos taxista con un coche bueno. La suspensión es rígida, todo el coche es rígido, cosa que a mí me gusta. Por autopista tiene un aplomo excelente y el motor, como he dicho, da una respuesta relativamente adecuada (lo ridículo es esperar la entrega de potencia de un V8 biturbo, cosa que algunos se empeñan en seguir esperando de cada coche que prueban). La excelente dirección se deja notar en carretera revirada, donde también la tracción trasera colabora para una buena experiencia. La caja de cambios es casi perfecta, y por un momento soñamos con tener un 135i coupé, o el Serie 1 M coupé. Y es que viendo cómo es este 116d, esos otros han de ser realmente espectaculares.


¿Terrible motor? Al menos, en esta unidad tan nueva, no. En absoluto, cualquier ruido (aunque espantoso) es compensado con todo lo bueno que da el coche, que es mucho. Convendrá ponerse guantes y taparse la nariz al repostar el engrudo oleoso que usa el motor, pero es un mal menor. Unos 300km de uso totalmente mixto con autopista de limitación ridícula, vías rápidas, aceleraciones sin ningún tipo de contemplación, ciudad, atascos, garajes, etc... una media de 6,5 litros calculada a base de relacionar kilómetros recorridos con gasoleo pagado, a mí me parece poco (aunque de seguro el fabricante anunciará un consumo mucho menor), lo cual ayudará a pasar menos veces por las gasolineras.


Si necesitase un coche así y entrase en mi presupuesto, no lo dudaría. Yo soy de sacrificar motor por equipamiento, y en este caso tampoco lo dudaría. BMW sacó una evolución del Serie 1 y corrigió cosas. Las mecánicas mejoraron, como lo hizo el aspecto exterior. El coche es, actualmente, de un equilibrio abrumador. La calidad está tan por encima de la media como lo están los 135i o el mencionado Serie 1 M coupé del 95% (porcentaje no contractual y basado en el éter y la alineación planetaria del Airbus A380 de Singapore Airlines desde el que escribo esto) restante de los coches a la venta en España, o en el extranjero.


No nos engañemos, aunque el aeropuerto tuviese tren directo también habría alquilado un coche... BMW 116d, demasiado dinero, pero teniéndolo y pudiendo vivir con ese compromiso de espacio, sigue siendo una de las mejores opciones.

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