miércoles, 13 de mayo de 2009

Fin del foro

Exactamente en un día indeterminado de cualquier mes del año 1997 comencé mi andadura por los foros de debate en Internet. De aquella se trataba de “grupos de noticias”, foros en diferido basados en una especie de central que recogía los mensajes, enviados cual e-mail. Sin imágenes, sin emoticonos, y con una estructura de árbol bastante curiosa para identificar a quién respondías. Duró lo que duró.













Las news, que llamábamos

No estaba del todo mal aquello, pero se vio superado por la tecnología de los foros en páginas web, mucho más amenos y con muchas más posibilidades de enriquecer los mensajes. Algo lógico, al entrar todos en la era de las tarifas planas, teniendo siempre los ordenadores conectados. Porque no, en los años de aquellos grupos de noticias uno pagaba por cada llamada que hacía, ocupando la línea telefónica. Quizá por ello, pese a que siempre existieron personajes conflictivos, los textos eran más currados, los participantes más cultos, había más nivel en los debates, las respuestas eran más respetuosas…

Pero todo cansa, y yo me cansé de los grupos de noticias. Y ahora me acabo de dar cuenta de que me he cansado de los foros. Voy a centrarme en los foros de coches, pero la realidad es que casi todos son así. Bueno, seamos justos, casi todos los foros en español, pues resulta curioso ver otros de igual temática que, en otros idiomas, resultan infinitamente más interesantes y concisos, con participaciones muchísimo más respetuosas con el resto de opiniones.

















La pongo aquí para ir preparándoles, pero sepan que ésto me duele más a mí que a ustedes.

Cuánto daño están haciendo las cámaras de 10 megapíxeles, Patiño, Cantizano, Jordi González y compañía, las tarifas planas, el Mediamarkt… Tanto que se hace sencillamente insoportable intentar mantener un debate medianamente serio. Todo el mundo participa, y esto lleva a una pérdida de calidad, de gracia, de elegancia, de todo… Y en Forocoches ya, además de insoportable, imposible. Hemos pasado de manifestar opiniones con cierta cordura a, sencillamente, decir las mayores gilipolleces en el grado más radical posible, bañándolo todo con las argumentaciones más indignas de alguien que pretenda ser considerado como persona.













El otro día un individuo argumentaba (es un decir) que la obligatoriedad del uso del cinturón de seguridad en su coche le suponía un atentado contra su derecho fundamental de libertad de movimientos en su propiedad privada. ¿Qué decir ante esto? Si es que revuelve el estómago leerlo… Esta pseudofrase, salida de la inspiración que producen Chelo García Cortés, María Eugenia Yagüe y, con perdón, sus putas madres, va uno y la pone. Y se queda tan a gusto. Y su voto vale lo mismo que el mío o el suyo, querido lector. Como lo oye.

Pero no se crean, la cosa va más allá cuando otro ser, seguramente con taras mentales provocadas en el momento del parto, añade que dado que su seguro paga a la Seguridad Social los gastos de su atención, tiene todo el derecho del mundo a bla bla bla… Disculpen, soy incapaz de seguir contándoselo sin parar un momento a vomitar, pero les digo que en el debate quedó de manifiesto la inutilidad de aquel ser para entender conceptos tan básicos como recursos limitados, atención pública, etc… Argumentaciones radicales, respondidas con educación, y devueltas con el consabido “os quedáis sin recursos”, equivalente al “me dejas hablar” de las tertulias televisivas, todo aliñado con un “sois unos borregos seguidores de la DGT”, tachando a cualquiera que no esté de acuerdo como de absoluto imbécil.


















Yo no quiero acabar así...

Y, ojo, que si al menos las discusiones fuesen radicales y a muerte, la cosa tendría su punto de gracia, pero como suele pasar con estos radicalillos de pacotilla, cuando reciben lo único que merecen en forma de adjetivo calificativo, que no es más que un realista, claro y conciso insulto (pero fundamentalmente realista, de ajustado a la realidad), se asustan y se ofenden, sacando aquello de “el insulto es el recurso de quien se queda sin recursos” (como ven, les gusta mucho esa frase), o “pierdes la razón con tus insultos”. Sí, se ve que si uno dice que el caballo blanco de santiago es blanco, y añade un expreso ", imbécil", deja de tener razón y el caballo pasa a ser morado, o pistacho. O, como me dijeron a mí, pierdo mi clase y mi elegancia. Como ustedes son lectores de este blog, no me cabe la menor duda de que saben que a las cucarachas o al pulgón no se les mata con elegancia, con clase o educación, sino que sencillamente se les fumiga y se termina con ellos. Es curioso ver cómo, quien en la vida ha tenido ni demostrado un cierto nivel de saber estar, es el primero en pedirlo cuando, desde el mayor de los respetos y con la mayor precisión de cara al ajuste perfecto a la realidad, es llamado gilipollas.

¿Y si esto sucede con discusiones tan vacuas como si una cierta casa de automóviles está a tal o cual altura en calidad, gama, diseño, etc…? Es el fenómeno de los talibanes, la talibanada nui de los internets. Defensores a ultranza de lo que sea, sólo por llevar el logo que, imagino, guía sus miserables vidas en búsqueda de la felicidad. Pues me alegro mucho por ellos si son felices, pero personalmente pueden recibir lo que viene a ser carne en barra por cierto orificio comúnmente utilizado como salida o escape. Porque uno está harto de que se le trate como si fuese tonto, cosa que ya bastante hacen a diario los programadores de televisión, o los servicios técnicos de lo que cada uno tenga contratado en casa o en la oficina, como para que venga un tuercebotas a dar lecciones sobre cosas intrascendentes.

En Forocoches, pues es del foro del que hablo, hay incluso un sub-foro dedicado a los vehículos todo-terreno. Sí, es como se lo imaginan: un lugar en el que todo el mundo ha participado en el Camel Trophy, en el que sólo caben auténticos todo-terreno, en el que salir al campo a pasar el día es ir a hacer trialeras imposibles. Un sub-foro 4x4 en el que no tiene cabida nadie que, aunque sea ligerísimamente, plantee la compra o defienda el uso de lo que, a día de hoy, se entiende como vehículo todo-terreno: un SUV. Y con la misma radicalidad que en los demás foros, claro.














“El Veyron mola pero a mi me parece una mierda XD”. Esto no es serio. O yo me voy haciendo mayor, o no sé qué me pasa, pero no puedo seguir leyendo este tipo de chorradas acompañadas de un puto XD (que, por lo visto, supone una cara sonriente con los ojos cerrados), ni mucho menos sentirme integrado en ese foro. Que no, hombre, que no. Porque, además, no merecen la pena… Es pastorearles, como bien me dijo un amigo el otro día, y yo paso.

Hace años ya, a la vista de las horripilantes faltas de ortografía que se veían en el foro, me animé a recopilarlas y hacer un texto explicativo de cada una, con tintes cómicos y ejemplos sencillos, que ayudasen a la gente a comprenderlas y a evitar su repetición. Fui correspondido con insultos medianamente escritos. A día de hoy, otro de los motivos por los que he finalizado sesión allí es, precisamente, el hecho de que comienzo a confundir si una palabra está bien o mal escrita. Todo lo malo se pega, es evidente. Y no, me niego a que eso me suceda a mí.

Tuercebotas es una expresión que me gusta. Y me gusta más por quién se la oí por primera vez de forma habitual, alguien con quien no estaré muy de acuerdo en ideas políticas, pero que sabe hablar, argumentar, discutir e invitar a tomar unas cañas o a ir al Santiago Bernabeu a ver al Madrid. Un tuercebotas es un pelanas. A mí no me gusta juntarme con pelanas, qué le vamos a hacer, ni aunque sea de forma virtual. Pero, como alguna vez tuve la genial idea de manifestar esta nimia preferencia, por lo visto soy ahora un pedante, un chulo, un engreído, un desarraigado… Mejor que ser un pelanas, sin duda.














Fin del foro. Lo siento, paren esto que yo me apeo. Estoy cansado de que cualquier indocumentado pueda opinar y discutir sobre cualquier tema, y más de que encima pretendan tener razón. Y estoy cansado de pastorear. Créanme, si están metidos en algún foro de gran volumen y les sucede algo similar, no lo duden y háganlo: finalizar sesión, log-out, salir… Nadie les va a echar de menos, serán más felices y tendrán más tiempo para hacer cosas realmente interesantes. Déjenles esas discusiones al vulgo, que cuanto más tiempo pasen en casa discutiendo, menos estarán molestando en otros lados.


















Segunda vez que lo pongo en en el blog…

Discutir en Internet es como correr en los juegos paralímpicos. Aunque ganes, sigues siendo retrasado. Pena que algunos hayamos tardado demasiado en aceptarlo, pero nunca es tarde.

Cámaras de 10 megapíxeles, compactas, con lentes sacadas del cristal que poníamos de pequeños en las chapas, y que nos premian con horribles fotos plagadas de aberraciones, desenfoques, pixelaciones, y demás defectos, a tamaño 5000x3000 de resolución, obligándole a uno a tener una pantalla del tamaño de una tele gigante del Mediamarkt para poder verlas de forma completa. El horror, también. Como el Mediamarkt.

jueves, 7 de mayo de 2009

The Driving World

Si es que estoy hecho un desastre. Porque una cosa es no tener actualizado el blog, algo justificable en parte por mi cambio de residencia, pero otra es tener pendiente un artículo desde finales del mes de octubre del año pasado, y seguir así.

Espero que me sepan disculpar… Será la cama esta que compré tras devolver una de IKEA (muy bonita pero mala, lo que se dice mala, mala). O será que cada día descubro cómo se desmorona mi vida. En serio, es terrible. Imagínense, me pierden las gafas de sol en la máquina de rayos X del aeropuerto de Copenhague, se me rompen las chanclas, encuentro un agujero en mis vaqueros favoritos… ¿Qué será lo próximo? ¿Quedarme sin papel de cocina? Pues no, lo último va a ser una pre-gripe que me está dejando todo el día encamado. O sea, que es culpa de la cama.















Ahí quedaron... panda de delincuentes...

Como les he querido contar desde hace tiempo, allá por finales de octubre tuve la ocasión de participar en una de las rutas que organiza una empresa llamada The Driving World. Esta gente dicen ser la primera red social de propietarios de vehículos de alta gama, y se dedican a la organización de eventos para que éstos puedan disfrutar de sus coches, conocer sitios, hacer rutas, hacer amistades, y todas esas cosas tan bonitas que suceden cuando te juntas con gente con tus mismos intereses. Bueno, este párrafo me ha quedado realmente cursi, así que me permitirán que añada que son buenos amigos míos, y que saben lo que hacen y lo que quieren: huir de la pompa y boato de otras concentraciones de coches basadas más en lucirse que en disfrutar. Y es que aquí se viene a conducir.














En petit-comité

La idea es hacer un fin de semana con dos noches en hoteles pequeños, discretos y de decoración y gastronomía cuidadas, lejos de grandes urbes y, por tanto, de grandes aglomeraciones, con actividades durante el día como pueden ser rallyes de regularidad, rutas deportivas, visitas a pequeños museos o sitios pintorescos, etc…

En mi caso, la salida se llamaba Ruta de los Quesos, que partiendo de Oviedo nos llevaba por carreteras reviradas hasta Cabrales, con visita al museo del queso, para vuelta a Cangas de Onís, ciudad en la que se cenó, se salió, y por la mañana se visitó, incluyendo el mercado popular, altamente recomendable.














En ruta

Los hoteles elegidos fueron el Castillo del Bosque La Zoreda, un cinco estrellas que se inauguró, de hecho, de cara al evento, y el Parador de Cangas de Onís. Dado que yo iba en calidad de invitado, y que actualmente vivo en Asturias, a gusto me quedé en mi casa. No obstante, ambos hoteles son buenos conocidos míos, y si bien el Parador requiere urgentemente de una (o dos, o tres) actualización, estoy seguro de que colmaron las expectativas de los participantes. Y vaya participantes… No me voy a poner a hablar de las personas, todas tan agradables y simpáticas como maravillosamente anónimas, pero desde luego que el parking del primer hotel tardará en volver a verse como se vio aquella noche.














Para venir con el camión remolque...

La jornada del sábado se anunciaba excitante, tanto por la ruta como por las condiciones climáticas. Y es que Asturias nos despertaba con su típico cielo cubierto, las nubes bajas, y una llovizna constante que, durante algunos momentos, se transformó en diluvio. Pero como esta región es así, en plenos Picos de Europa lucía un sol radiante, lo que propició que algunos participantes pudiésemos descapotar, aunque fuese por poco tiempo… Así, camino del restaurante por fin pude adelantar a Jesús y su Ferrari 360 Spider, parado en la cuneta poniendo la capota a toda prisa mientras volvía a arreciar la lluvia. Yo preferí seguir descapotado.

La lluvia, el sol, las curvas, el otoño… la subida al Fito, auténtico circuito de competición (la carretera está adornada por un magnífico doble guardarraíl en la mayoría de las interminables curvas), se hizo bastante complicada. Y es que mover por ahí coches de dos metros de ancho y no menos de 400 caballos no es algo que se haga a diario. Los Lotus se despegaban, pero el 430 y el 911 Turbo les seguían de cerca. Por detrás, otros Porsche y Ferrari subían a un ritmo que, humildemente, consideré bastante elevado dadas las condiciones. Y cerrando el grupo mi humilde MX5 dándolo todo, y Josemi y su infatigable Lupo GTI.














La plebe, como quien dice...

La llegada al alto fue apoteósica, al estilo de la parada que hicimos anteriormente en una gasolinera. Éramos unos cuantos coches metiendo ruido, y eso siempre gusta. Durante la bajada preferí mantener las distancias, dado que no conocía la carretera y los frenos de mi coche tienen sus limitaciones. Y fue entonces cuando Efrén decidió mimetizar su Lotus de color British Racing Green con el entorno, y pasarlo a Asturian Vacas Green. Sin consecuencias, bastó el esfuerzo de todos para sacar los escasos 600 kilos de coche de la cuneta y volver a rodar.














¡Por lo negro, hombre, por lo negro!

El resto de la jornada siguió la misma tónica: muy buen ambiente, ninguna necesidad de demostrar nada a nadie, ningún pique… conducción deportiva, simple y puramente. Lo que incluyó una subida de vuelta de Arenas de Cabrales, atravesando un desfiladero, en la que dimos rienda suelta a toda la cuadra de la expedición. Quisiera aprovechar para pedir disculpas a los habitantes de la zona por el estruendo de la caravana apretando sus motores entre las montañas. O no, nada de disculpas, porque bonito fue un rato largo.

Lamentablemente, la niebla nos impidió subir a los Lagos de Covadonga. Quienes somos de la zona sabemos que en este lugar la niebla es muy traicionera, y puede reducir la visibilidad a cero en menos de lo que tarda el Ferrari F430 en cambiar de marcha. Así que lo dejamos en mera visita eclesiástica, para regresar a Cangas de Onís e instalarnos en el Parador. Y ahí fue donde yo lo dejé y me retiré camino de mi casa, dando por finalizada una buena jornada, un buen día.














Y es que de eso se encargan en The Driving World, de hacer pasar un buen día a lomos de un deportivo de prestigio (aunque en mi caso fuese un popular roadster, pero es lo que hay). Y es que esta gente se curra realmente las rutas, con visitas a hoteles buscando las mejores opciones, recorriendo mil y una vez las carreteras para evitar sorpresas, roadbooks cuidados y realistas, charlas antes de cada ruta con recomendaciones prácticas hechas por gente que sabe de lo que habla… Aquí no hay azafatas en bikini, ni cincuenta coches paseando por una ciudad escoltados por la Policía. Son salidas casi familiares, en las que lo fundamental es pasarlo bien y disfrutar del entorno y de los coches. Y no son caros. Bueno, no son caros para los sitios a los que se va, claro, y para el nivel de los participantes.

The Driving World, www.thedrivingworld.com, o como pasar un buen fin de semana entre amigos. Si alguien se quiere apuntar a alguna salida, que se dé prisa, que por decisión de la organización aceptan pocos coches de cada vez. Tanto mejor que sea así, a mi gusto.
 
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