viernes, 18 de mayo de 2012

Comprando un coche en Birmania

Un amigo se acaba de comprar un coche, otro más que añadir a la lista de coches que han pasado por sus manos. Generalmente no los vende, sino que para deshacerse de ellos utiliza la técnica de la destrucción, bien mecánica por abuso, bien estructural por accidente. El de ahora, no lo diré. De hecho, no he visto una foto aún, se dice que es un coche italiano.

Comentando la jugada mediante el magnífico invento que es el chat del Gmail, que te permite hablar con la gente mientras quienes te rodean crees que trabajas, acabó surgiendo la idea de escribir una entrada en el blog sobre la compraventa de vehículos en Birmania. Además, estamos precisamente ahora mirando coches que comprar para usar en la oficina.

Recuerdo cuando me iba a venir desde Laos, mi jefe me decía “ahora te vas a poder comprar un coche, además”. Nada más lejos de la realidad. Durante años ha sido imposible, o casi, importar coches al país, mucho menos hacerse enviar un coche nuevo. Así, el mercado estaba saturado de coches viejos a unos precios desorbitados, que la gente vendía y compraba ganando dinero con ello. Burbuja automovilística, supongo. Eso producía situaciones absurdas, como que se pagasen cerca de veinte mil dólares por todo un Nissan Sunny Supersaloon de los años 80. Y de ahí en adelante.

Sunny del 86, por ejemplo, 20.000 USD

Aquellos afortunados que se podían costear alguno de los pocos coches que se importaban, pagaban cantidades fuera de toda lógica. Una tarde fui a cenar con un par de conocidas, conducía una de ellas. El coche era un Toyota Land Cruiser de la serie anterior a la actual, motor V8 de gasolina pero sin tapicería de piel. Por aquel coche habían pagado la friolera de 350.000 USD. Sí, han leído bien y no he puesto mal el puntito de los miles ni sobran ceros. Semejante locura, como locura era pagar 50.000 dólares por un Toyota Crown V6 de los ochenta, se veía con total naturalidad. Y, sin embargo, circulaban bastantes coches relativamente nuevos, hablando de hace escasos 10 meses.

Toyota Crown de los 80, 50.000 dólares

La cosa empezó a cambiar con la entrada en vigor de una nueva ley, promulgada para intentar modernizar el parque móvil nacional, cuyos automóviles habían llegado a un punto de destrucción absolutamente inexplicable. Más de una vez no me pude resistir y acabé preguntándole al taxista por qué le faltaba tal o cual pieza. Coches directamente sin ningún guarnecido interior, chapa a la vista; otros con los asientos delanteros sustituidos por armazones de metal con hilo plástico trenzado, a modo de silla de playa, o incluso por un banco de madera; ventanillas que no son tales, puertas de las que sólo queda la chapa exterior… ¿Mecánica? Ni idea, algo quedaría debajo de los capós.

Mediante aquella nueva ley, el propietario de un vehículo de más de X años conseguía una licencia de importación al entregar su viejo coche para desguace. Esto provocó una verdadera burbuja de coches viejos. Todavía me lamento de no haber comprado aquel terrorífico Austin que me vendían por 7.500 dólares, a la venta escasos dos meses después por 15.000, y vendido. No lo compré porque estábamos en plena temporada de lluvias y el coche no tenía limpiaparabrisas, amén de ser inconducible.

Austin de los 60 tuneado, 7.500 dólares antes del boom

La gente con dinero compraba coches viejos, sabiendo que con la licencia podrían importar y vender coches nuevos a la gente de más dinero. La jugada venía a ser comprar por 20.000, conseguir licencia, gastar 15.000 en el coche importado, pagar tasas y venderlo por 60.000, un precio acorde con el mercado local para coches nuevos, un precio incluso barato. La ley, sin embargo, dejaba claro qué modelos y de qué años se podían importar. Era muy curioso ver la lista, con por ejemplo la Serie 3 de BMW, pero sólo entre los años 1998 y 2001. Y las calles se empezaron a llenar de coches “nuevos”, como el hermoso Nissan Cedric, o los taxis chinos Chery QQ3 (la copia del viejo Daewoo Matiz). Y el Toyota Harrier, claro, cientos de Toyota Harrier por todas partes.

Nissan Cedric de 2001, 50.000 dólares


La verdad, escribo estas líneas y suenan a algo que pasó a lo largo de varios años, pero lo cierto es que se trataron de dos meses, tres a lo sumo. El Gobierno promulgó una nueva ley allá por Febrero, mediante la cual cualquier empresa con actividad económica podía optar a la licencia de importación de un vehículo. Eso hizo florecer los concesionarios de coches, que surgieron de la noche a la mañana en cada calle de Yangon. Más y más Harriers, muchas Toyota Hiace Supercustom, muchos Toyota Mark II, y un nuevo coche de moda, el Toyota Caldina, que es un familiar con una pinta estupenda y con una versión basada en el Celica 4x4.

Toyota Caldina de 2003, 45.000 dólares

El culebrón continua a día de hoy, con una nueva ley mediante la cual cualquier persona puede importar cualquier coche. Eso ha hecho bajar, relativamente, los precios de los coches en los concesionarios, y ha provocado que muchos de esos concesionarios con a penas semanas de actividad tengan que vender sus coches perdiendo dinero.

Y digo que los precios han bajado relativamente porque sigue siendo una locura. Otro coche de moda entre la juventud adinerada es el Nissan Fairlady, que en España se conoció como Z350. El domingo pasado estuve en un concesionario mirándolo, por curiosear. Tenían dos modelos, uno automático pero sin aire acondicionado y otro manual y con aire. Ambos de 2002, ambos con algo más de 100.000 kilómetros, ambos con un alerón trasero metálico espectacular, y el manual con un embrague a puntito de cascar. Se veían muy trallados, pintura saltada por todas partes, especialmente por los bajos, e interior ajado. ¿El precio? Nada más y nada menos que 39 millones de Kyats, que al cambio actual suponen 48.750 dólares. ¡Es lo que costaba cuando era nuevo!

Nissan Z350, previo al tuneo y de 2002, por 48,750 dólares

Estos precios tienen una razón de ser, más allá de las ganas de hacer dinero rápido de los importadores, y se trata de los impuestos que cobra el Gobierno. Es lógico, de algún lugar tienen que sacar el dinero, que aquí hay muchas personas pero pagan unos impuestos ridículos sobre sus rentas. Cuando uno importa un coche, el coste a pagar en tasas varía entre el 100% y el 300%. En realidad, eso se aplica para casi todas las importaciones, aunque muchos empresarios se escaqueen bajando el precio de adquisición en las facturas, como se ha hecho siempre.

Con semejantes tasas y semejantes precios, aquello que decía mi jefe de comprarme un coche era más bien como una promesa electoral. Podría, no obstante, haberme comprado alguno de los Jeep que se fabrican en el país, pero la compra resulta tan difícil como imposible resultan esos coches de conducir. Una pena, porque son realmente bonitos y por cantidades entre los 5.000 y los 15.000 dólares se puede alguien hacer con uno. Eso sí, son malos hasta decir basta.

Jeep birmano

Si los coches usados alcanzan precios de locura, ¿cuánto pueden costar los coches nuevos? Esta misma mañana, de camino al trabajo, me he cruzado con un hermoso (es un decir) Mini Countryman Cooper S, de color blanco. No es el único coche moderno que se ve, ni mucho menos. No resulta raro cruzarse con algún Range Rover Sport, y hace poco vi mi primer Range Rover Evoque, en Yangon. Haciendo la compra un día aparqué al lado de un Audi Q7, si bien es cierto que también me crucé con un Ford Escort del 86, como el que tuvimos en casa, que me provocó más alegría que el Audi. Llegando a casa otro día, había aparcado en el parking un tremendo Porsche Cayenne Turbo nuevecito.

Mercedes G65 AMG, con motor V12

Hay una señora que, además de tener un aspecto más cercano al de una prostituta que al de una mujer millonaria, se mueve por la ciudad con un coche como el de la foto de arriba.  Eso cuando no lo hace en su Mercedes S65 AMG. Junto con Thayzar, el propietario de  Air Bagan (entre muchos otros negocios), debe de tener el mejor parking del país. Thayzar tiene desde hace años su pequeña colección, con sus Ferrari 430 y 599, su Lamborghini Murcielago, su Rolls Phantom, su Bentley Flying Spur, sus Hummer, sus Mercedes… Se cuenta que los conduce por las noches en la pista del aeropuerto. Dicen que se ha comprado un Bugatti Veyron, importado de Dubai, pero yo aún no lo he visto. Sí he visto algún que otro Nissan GTR, no obstante.

Nissan GTR en Yangon

¿Qué pueden costar esos coches? No sé si darles primero el dato de lo que cuesta un Lamborghini Murcielago en Tailandia, impuestos incluidos, o si decirles directamente el coste de adquisición aproximado de un BMW X6 nuevo en Birmania. Mejor me quedo con el BMW. Soy muy friki, lo sé, voy contando cuántas unidades de tal o cual modelo exótico se ven por la ciudad, qué se le va a hacer. He podido contar 3 unidades, dos negras y una blanca. Coches hasta arriba de equipamiento y nuevos, no usados, comprados en concesionario y traídos hasta aquí en barco. Coches como el de la foto.

BMW X6 5.0i, en otro país de Asia

Pues bien, ese coche viene a salir por unos dos millones de dólares. Sí, 2.000.000 de dólares, 2M USD, US$ 2,000,000, o como lo quieran poner. Se compran en concesionarios en China o en Singapur, y se hacen venir a Birmania dentro de containers. No me pregunten cómo les pasan la revisión...

Dicho lo cual, yo seguiré yendo en taxi o alquilando mi pequeño Harrier, pues esos precios me provocan unos ataques de caspa totalmente surrealistas.

Nota: varias de las fotos son mías, otras sacadas de Internet. Otro coche que empieza a abundar mucho es el Honda Insight híbrido. Se desconoce cómo se arreglará si se estropea o qué mantenimiento llevará, pero cada vez es más habitual ver ese modelo, lo cuál es de agradecer por temas acústicos y de humos.

3 comentarios:

josargan dijo...

Pregunta estúpida, conde:

¿No hay ningún Dacia o similar, vamos, un coche más o menos moderno pero low-cost? Parece un buen filón :)

Lo del X6, en fin, sin comentarios

Sir Andrew Vickerman dijo...

Pues no, no se ven coches de ese tipo porque casi la totalidad vienen importados de Tokyo, Nagoya, Kioto, etc... Hay un Dacia Duster, de la embajada francesa, llegado de Francia.

josargan dijo...

Asquerosamente asequible :D

Gracias por la aclaración. Saludos!

 
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