Suena el despertador del móvil. Más o menos uno atisba a darse cuenta de que es hora de levantarse. De hecho, vuelve a sonar, pero en mi cabeza mi cerebro me torea de buena manera, haciéndome creer que todo sigue siendo ese sueño del que no me acordaré durante el resto del día. Tercera vez que suena, efectivamente llegaré tarde si sigo así.
Ducha, afeitado, desayuno, obligaciones familiares propias de cada individuo, y de camino al garaje. Ahí la primera decisión del día: cuatro plazas o biplaza. Se impone el biplaza por convicción personal. Solo, sin más compañía que un ordenador portátil, un abrigo y un paraguas, me dirijo a la oficina. Independientemente de lo que haya hecho durante el día, salgo de trabajar a una hora indeterminada, e inicio el trayecto de vuelta. Y así durante toda la semana.
¿Soy una persona única? En absoluto. Un día de esos que no tenía que trabajar, decidí apostarme al borde de una carretera y contar coches. Continué la experiencia observando coches y ocupantes en una concurrida calle de mi ciudad. Los resultados, aunque muy poco científicos, fueron cuanto menos clarificadores: todo el mundo va solo. Si eso, van dos… o como mucho va uno de los progenitores (sean A o B) con los correspondientes infantes, que muchas veces se reducen a… uno.
Los fines de semana los centros comerciales se llenan de gente normal con sus coches normales, que van a hacer compras normales, a pasear, al cine a ver una película normal, a comer o a cenar a la franquicia asquerosa de turno con locales decorados con cartón-piedra… Algunos abandonan la gran ciudad y se van a los pueblos, a la casa de veraneo, a la Sierra, a la masía, a la Campagne Française, al interior de la Toscana, a pasear por Windsor o Canterbury, o a ver al abuelo que vive en el chalet de la urbanización con los tíos… Otros pocos realmente hacen actividades que requieren espacio, para lo que disponen de remolques, coches grandes, bacas, etc… Y otros sencillamente se mueven en transporte público para ir a tal o cual sitio de la ciudad, o van andando o en bici.
No entro a valorar los trayectos vacacionales, pues a fin de cuentas suponen un porcentaje bajísimo del tiempo (que no kilometraje) de utilización de un vehículo.
¿Y bien? Cuando hablas con conocidos, o lees a la gente discutir sobre coches en Internet, las opiniones sobre tales o cuales autos suelen dirigirse a algo que parece ser fundamental. No se trata de la potencia, o del chasis, o de la cantidad absurda de air-bags que incorpora, o de si el mantenimiento es caro o no… No, la gente se fija en el maletero. El maletero, señores… Es que el Z4 tiene poco maletero… es que el Alfa 147 tiene un maletero demasiado pequeño… es que el Volvo C30 casi no tiene maletero… es que con la tercera fila de asientos el maletero se te queda en nada… es que pese a ser tan grande tampoco tiene tanto maletero…
Ducha, afeitado, desayuno, obligaciones familiares propias de cada individuo, y de camino al garaje. Ahí la primera decisión del día: cuatro plazas o biplaza. Se impone el biplaza por convicción personal. Solo, sin más compañía que un ordenador portátil, un abrigo y un paraguas, me dirijo a la oficina. Independientemente de lo que haya hecho durante el día, salgo de trabajar a una hora indeterminada, e inicio el trayecto de vuelta. Y así durante toda la semana.
¿Soy una persona única? En absoluto. Un día de esos que no tenía que trabajar, decidí apostarme al borde de una carretera y contar coches. Continué la experiencia observando coches y ocupantes en una concurrida calle de mi ciudad. Los resultados, aunque muy poco científicos, fueron cuanto menos clarificadores: todo el mundo va solo. Si eso, van dos… o como mucho va uno de los progenitores (sean A o B) con los correspondientes infantes, que muchas veces se reducen a… uno.
Los fines de semana los centros comerciales se llenan de gente normal con sus coches normales, que van a hacer compras normales, a pasear, al cine a ver una película normal, a comer o a cenar a la franquicia asquerosa de turno con locales decorados con cartón-piedra… Algunos abandonan la gran ciudad y se van a los pueblos, a la casa de veraneo, a la Sierra, a la masía, a la Campagne Française, al interior de la Toscana, a pasear por Windsor o Canterbury, o a ver al abuelo que vive en el chalet de la urbanización con los tíos… Otros pocos realmente hacen actividades que requieren espacio, para lo que disponen de remolques, coches grandes, bacas, etc… Y otros sencillamente se mueven en transporte público para ir a tal o cual sitio de la ciudad, o van andando o en bici.
No entro a valorar los trayectos vacacionales, pues a fin de cuentas suponen un porcentaje bajísimo del tiempo (que no kilometraje) de utilización de un vehículo.
¿Y bien? Cuando hablas con conocidos, o lees a la gente discutir sobre coches en Internet, las opiniones sobre tales o cuales autos suelen dirigirse a algo que parece ser fundamental. No se trata de la potencia, o del chasis, o de la cantidad absurda de air-bags que incorpora, o de si el mantenimiento es caro o no… No, la gente se fija en el maletero. El maletero, señores… Es que el Z4 tiene poco maletero… es que el Alfa 147 tiene un maletero demasiado pequeño… es que el Volvo C30 casi no tiene maletero… es que con la tercera fila de asientos el maletero se te queda en nada… es que pese a ser tan grande tampoco tiene tanto maletero…
Ahí cabe mi apartamento, casi.
Pero vamos a ver, ¿qué demonios lleva la gente en el maletero? Si la inmensa mayoría de los conductores van solos entre semana. Cuando compras una nevera, en el supuesto caso de que comprases una nevera cada quince días, la propia tienda te la lleva. Con las camas pasa lo mismo. Con las teles inmensas, igual. Con todo. Y todavía no conozco a nadie que, teniendo un compacto de gasoil, se compre un par de somieres al mes, la verdad. Mis maleteros alojan de manera permanente lo siguiente: una toalla, el gato y la llave de las ruedas, el juego de lámparas, los triángulos y un paraguas. Tuve un coche clásico en el que además llevaba una lata de aceite, una botella de agua (vacía), y un bidón con gasolina. Fue una pena que nunca hubiese necesitado nada de aquello, pues el coche no funcionó en la vida. En el biplaza llevo además el manual del coche, que no cabe en la guantera. ¿Y ellos? ¿Llevan un muerto? ¿Llevan cajas, yunques, sillas, barriles o radiadores? “El coche es muy chulo, pero es que casi no tiene maletero”. Y eso los más optimistas… otros directamente te dicen que “no tiene maletero”. “Es que con la capota quitada el maletero se queda en nada”.
Qué tristeza tener que condicionar la compra de un coche por una capacidad de maletero que, en el 95% de las veces que se usa el coche, va desocupado. Pero qué tristeza aún más grande oír esas cosas de chavales solteros. “Es que me voy de fin de semana…” Seamos realistas: usted no se va de fin de semana; a juzgar por lo que pretende llevarse, se va usted a una expedición a Ulan-Bator. “Es que mi novia…” Volvemos a lo de antes. ¿Qué novia? Lo digo porque yo he llevado en mi biplaza el equipaje de fin de semana de una universitaria, junto con el mío. Sí, apretadísimo en los 150 litros de maletero, pero dentro. Usted no tiene una novia, tiene una sección de El Corte Inglés. “Es que si me voy de fin de semana…” ¿Cuántas veces se ha ido de fin de semana? Quienes acostumbran a hacerlo, saben lo que conviene llevar y lo que no. “Es que por si acaso…” Caray, ¡es que es que es que! Pero qué tristeza, qué agobio, qué suicidio verse condicionado de tal manera por suposiciones. “Es que no me caben las maletas” Pues cómprese una bolsa de viaje, que a fin de cuentas se acaba de gastar usted 20.000 euros en un coche. Ad infinitum.
Cuidado: esta es mi opinión personal, y como cada uno tiene la suya y cada uno hace con su dinero lo que le da la gana, lo mejor es responder “sí, es pequeño…”, bajar la cabeza y nada más. En el fondo sabes que esos reproches a tu capacidad de carga surgen de ese poquito de envidia que generan los sueños que no se cumplen. Sigan comprándose coches compactos con maletero grande siendo solteros. Sigan comprándose monovolúmenes compactos en cuanto se acerca el primer retoño. Yo seguiré mirándoles desde mi asiento, a pocos centímetros del suelo y con un maletero pequeñito, cuando vayan solos camino de la oficina, como cada mañana, con 4 hermosas plazas y un glorioso maletero sencillamente vacíos. Quizá sea una forma más de sentirse libre.
Qué tristeza tener que condicionar la compra de un coche por una capacidad de maletero que, en el 95% de las veces que se usa el coche, va desocupado. Pero qué tristeza aún más grande oír esas cosas de chavales solteros. “Es que me voy de fin de semana…” Seamos realistas: usted no se va de fin de semana; a juzgar por lo que pretende llevarse, se va usted a una expedición a Ulan-Bator. “Es que mi novia…” Volvemos a lo de antes. ¿Qué novia? Lo digo porque yo he llevado en mi biplaza el equipaje de fin de semana de una universitaria, junto con el mío. Sí, apretadísimo en los 150 litros de maletero, pero dentro. Usted no tiene una novia, tiene una sección de El Corte Inglés. “Es que si me voy de fin de semana…” ¿Cuántas veces se ha ido de fin de semana? Quienes acostumbran a hacerlo, saben lo que conviene llevar y lo que no. “Es que por si acaso…” Caray, ¡es que es que es que! Pero qué tristeza, qué agobio, qué suicidio verse condicionado de tal manera por suposiciones. “Es que no me caben las maletas” Pues cómprese una bolsa de viaje, que a fin de cuentas se acaba de gastar usted 20.000 euros en un coche. Ad infinitum.
Cuidado: esta es mi opinión personal, y como cada uno tiene la suya y cada uno hace con su dinero lo que le da la gana, lo mejor es responder “sí, es pequeño…”, bajar la cabeza y nada más. En el fondo sabes que esos reproches a tu capacidad de carga surgen de ese poquito de envidia que generan los sueños que no se cumplen. Sigan comprándose coches compactos con maletero grande siendo solteros. Sigan comprándose monovolúmenes compactos en cuanto se acerca el primer retoño. Yo seguiré mirándoles desde mi asiento, a pocos centímetros del suelo y con un maletero pequeñito, cuando vayan solos camino de la oficina, como cada mañana, con 4 hermosas plazas y un glorioso maletero sencillamente vacíos. Quizá sea una forma más de sentirse libre.
9 comentarios:
Verdades como puños expones aquí, pero también hay que tener en cuenta que hay gente que no llega a comprarse una berlina y lo más grande que le alcanza es un compacto.
Mi caso : 24 años, me encantan los coches si hubiera podido me habría comprado un biplaza descapotable, del estilo 350Z, Audi TT o algo así. Pero tengo un problemilla hago del orden de 80.000 - 100.000 Km anuales. La mejor opción fue un compacto dado que la berlina la veia de masiado "para viejos" para mi y un roadster cabrio para hacer ese quilometrage lo veo algo "incomodo".
Como anécdota te diré que mi novia es capaz de llenar el maletero de mi A3 ella sola para un fin de semana... Aun que parece que se va moderando.
Y esta Semana Santa sali de viaje con otra pareja (4 personas) durante 3 dias y los muy animales llevaban equipaje para 3 meses! no entraba todo y fueron con el equipage encima todo el viaje... supongo que la próxima se lo pensaran mejor xD
Saludos Sr. Conde un buen Blogg sigue así
LoKKo
Ninguna incomodidad en un biplaza para TODOS los días. Conde, proceda al punto a expulsar a Lokko de este blog por proferir semejantes insensateces :D
Conde estoy de acuerdo contigo en esto de los maleteros,en mi entorno tengo un motón de gente que siempre esta con eso de los maleteros pequeños,y yo siempre les hago la misma pregunta...pero viviendo en una isla en donde nunca estas a mas de hora y media de casa pa que demonios necesitan tantomaletero....
Tienes toda la razón, pero a riesgo de equivocarme, querido Conde, tu no tienes novia ni mujer, sino rolletes, a los cuales ni permites, ni te exigen sitio para su trolley (mediano), neceser (independiente) y portatrajes para vestidos. Como vayas a una boda de dia, añade la caja para la pamela.
Si todavia crees que exagero, espera 5 años, y ya me contarás.
Ráfaga, GTO.
Querido CondePyruslav, el tamaño del maletero es muy importante, dependiendo del uso que uno haga del vehículo.
Cierto es que la mayor parte del tiempo el maletero es inservible, pero en momentos puntuales (vacaciones, fines de semana, pequeñas mudanzas, ...), es necesaria una buena capacidad de carga.
Los viajes en pareja, aun siendo de vacaciones a mí me exigen un buen maletero para ropas varias, y como usted sabrá, es necesario adecuar la vestimenta a cada momento y no es plan de salir a cenar con un simple polo. Los viajes de invierno a esquiar exigen tanto o más espacio para la ropa de esquí, botas, cascos, ropa para el aprés-ski, etc.
Y en otros viajes hay que reservar sitio para las posibles compras y que la vuelta no se convierta en un ir y venir de "bártulos" en los asientos.
Evidentemente, nadie puede esperar un gran maletero en un compacto, o en un utilitario, y ha de pensarse bien cuantas veces se usará ese maletero. La verdad es que si sólo se usa un gran espacio de carga una vez al año, lo mejor es enviar las maletas por cualquier servicio de mensajería.
Saludos de Blueman
Quiero, ante todo felicitarle por su blog, en general, por su magnífica redacción e interesantes y entretenidos temas.
He leido todos sus artículos aunque este es el primer comentario que le dejo.
De todas formas, presento este comentario para expresar mi desacuerdo con sus opiniones conla necesidad de un buen maletero.
Una de las cosas que personalmente aprecio en un coche es su polivalencia de uso, y por ello soy un amante de los compactos familiares, qué cutre, diría alguno, pero así es. Y es que son vehículos que reunen todas estas características:
Tamaño nada exagerado para cualquier uso.
Habitáculo más que suficiente.
Maletero enorme que puede serlo más aún si se amplía.
Todo ello sin salirnos de otras cosas que le puedas pedir a un coche: equipamiento, variedad de acabados y/o motorizaciones, buen comportamiento en carretera, etc.
Como se puede observar, se puede disponer de un amplio maletero sin renunciar a nada.
Pero ¿porqué es tan importante el maletero?
En primer lugar el desembolso económico que supone un coche siempre es elevado y, en mayor o menor medida, duele lo suyo. Y que menos que ese gasto cubra todas las necesidades posible. Llevados a un extremo: me encanta el Porsche 911 pero si me comprara uno, en el supuesto que pudiera, como coche único, me estaría acordando la mitad del año del maldito día en que me dejé semejante fortuna en ese coche, por mucho que me parezca la mayor obra de arte de la ingeniería automovilística.
Y en segundo lugar, es que quiero transportar cosas con comodidad, si puedo evitarlo invadir el habitáculo con objetos que podrían ir en el maletero, y no quiero estar pendiente de cuando llega el de Seur si me voy de vacaciones.
Es más, mi cuñado, hermano de mi mujer, soltero y sin compromiso, es propietario de un MX5 como el suyo, sr. Pyruslav, y le encanta el coche pero está hasta las pelotas de él, precisamente por su nula capacidad de carga. Ahora acaba de hacerse con un Mazda 6 Wagon, lo que si da cierta razón a su artículo, se quedó corto con el otro coche pero ahora se ha pasado tres pueblos.
Un cordial saludo.
Señor Anónimo,
Muchas gracias por sus alabanzas, aunque lo que de verdad agradezco es un comentario extenso como el que ha dejado. Que a uno le gusta leer respuestas largas, argumentadas y bien escritas...
Tiene toda la razón en lo que dice, de la misma forma que yo tengo toda la razón en lo que digo, aunque sea antagónico. ¿Por qué? Sencillamente porque la "utilidad" depende siempre del sujeto que la busque.
No puedo estar de acuerdo en el tipo de coches que le gusta. Lo siento, pero no puedo. Eso no es malo, en absoluto, ni quiere decir que "usted no tenga ni puta idea", o que yo no sepa "lo que es un coche". Sencillamente no son coches que me dan lo que yo necesito, y por tanto, ni siquiera los valoro. Pero eso sí, si a usted le parecen perfectamente válidos y muy útiles, mi enhorabuena por haber encontrado su Santo Grial automovilístico (yo sigo buscándolo).
Le díría a su cuñado que utilice la cabeza para pensar antes de comprar un coche, pero... ¿sabe qué? Que me ha de traer sin cuidado lo que su cuñado compre o deje de comprar, siempre y cuando a su cuñado no le importe lo que yo tenga. De cualquier forma no es "su cuñado" quien me fastidia a veces. Ni siquiera lo es usted con sus gustos (faltaría más). Lo que duele, o mejor dicho, toca las pelotas, es aguantar sermones de los adalides de la utilidad, poseedores de la verdad absoluta en términos automovilísticos, incapaces de entender que pueda haber gente que quiera un coche para ir a ras de suelo con el cielo por techo, importándole tres pares de narices la imposibilidad de llevar sacos de tierra o sillas de camping en el maletero.
Un saludo y, de nuevo, gracias por leerme.
Me parece muy elocuente el comentario, me muevo en moto tipo scoter con 90 litros de capacidad de carga,desde hace 2 años al ver que el coche es un gasto muy elevado para los desplazamientos habituales, trabajo, recados y demás. Mi conclusión si no te da miedo las motos y te abrigas con prendas buenas que no incomodas ni orteras la moto es una excelente opción y para las compras muy grandes los que tienen niños, viajan algo recomiento un Toyota Yaris que tiene 370 litros de maletero en posición 5 plazas con la linea de asientos deslizada hacia delante. Total de la inversión de 15.000 euros a 18.000 moto y coche. Dejandonos de que el coche sea un ego o la prolongación de el y viajemos más gastando el dinero en experiencias enriquecedoras. saludos y felicidades por un pensamiento diferente en un mundo lleno de clones.
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