Retrasos y pérdidas de equipajes. Esos vienen a ser los motivos de protesta fundamentales. Yo tengo otros, por supuesto. De hecho, en todo el tiempo que llevo viajando en avión, nunca me han perdido el equipaje y tan sólo he sufrido un ligero retraso cuando, tras aterrizar en Madrid, no podíamos bajar del avión dado que faltaba la escalerilla.
La pesadilla del transporte aéreo: la facturación.
Cierto, viajo relativamente poco. Y digo relativamente porque, si bien está claro que hay gente que vuela 5 veces por semana a destinos lejanos, la inmensa mayoría de la gente toma, si acaso, un par de aviones al año. Aún hay muchas personas que nunca han montado en avión, pero que bien absorben todas esas protestas. ¿Lo mío será suerte? Nunca he coincidido con una huelga de pilotos, ni con una de controladores. Pero si yo he tenido buena suerte en ese sentido, aún volando prácticamente cada tres meses o menos, también podríamos decir que la señora de la maleta enorme en los pasillos de Barajas ha tenido mucha mala suerte, yendo a coincidir precisamente su viaje con la maldita huelga.
Ayer Carlos Herrera dedicó una parte de su programa a hablar sobe problemas con el tráfico aéreo, al que calificó sin ningún miramiento como “desastroso”. Se ve que por ahí hay gente que se cree capacitada para criticar algo cuyo control desconocen. Yo, que también desconozco cómo se organizan esas cosas, me limito a cerrar mi boca. Digo yo que si fuese desastroso habría cientos de accidentes y ya estaría prohibido.
Como digo, llevo viajando en avión desde pequeño, y desde hace unos 7 años de forma mucho más habitual. En 2006 hice tres vuelos París-Asturias (uno con escala en Barcelona), otro París-Pisa, y otro París-Barcelona. En un par de semanas volveré a viajar a Asturias. Cierto, es “poco”. ¿Seguro? Podemos entonces sumar los viajes de mi familia a Méjico, si de millas aéreas se trata. Problemas: CERO.
Otra gente, como Carlos Herrera decía ayer, sufren retrasos, anulaciones, pérdidas de equipaje… algunos en compañías de renombre, y otros en las famosas low-cost, entre cuyas características figura la imposibilidad de reclamar cualquier cosa, dado que “a fin de cuentas, has pagado muy poco”.
Yo sólo vuelo con Air Nostrum, y si no es posible, me busco un vuelo de otra compañía regional, o de gran compañía nacional, como Air France. No pago mucho más (dependiendo de cuándo reserve), pero generalmente los horarios me vienen mejor, y el servicio me compensa, aunque sólo sea por tener un asiento asignado, que en el caso de Air Nostrum siempre ha sido, y espero siga siendo, el 1A. En esta compañía valenciana me dan de comer un menú que, generalmente, no es malo (teniendo en cuenta que hablamos de un avión). Dado que no estoy en absoluto lo que se dice “gordo”, entro en los asientos perfectamente. Al ir en primera fila, nunca me ponen a nadie al lado (no hablamos de unos vuelos que vaya precisamente completos). Mi equipaje siempre llega conmigo, los horarios se cumplen de forma bastante precisa, las azafatas son guapas y educadas, tengo prensa (se agradece leer en papel la prensa regional cuando regresas a casa después de varios meses, te hace sentirte ya “allí”), el embarque y el desembarque se hacen de forma ordenada, y bueno… el avión es monísimo, tan pequeñajo él. Que me dejen en tierra por cierre, falta de aviones u otras causas que tanto hemos visto con las low-cost es altamente improbable. Y yo, como cualquier otro, lo último que quiero es quedarme en tierra.
Hombre, no es que te pongan la alfombra roja, pero se va bien.
Una vez volé con Easy-Jet. Embarque en una fría terminal del aeropuerto de Charles de Gaulle, en la que cualquier cosa de comer cuesta casi tanto como mi billete. No hay asiento numerado, por lo que te sientas donde más o menos puedas. En un avión que generalmente sería de filas de 3 y 2, se habían puesto filas de 3 y 3. Azafatas mal vestidas e incluso bordes, desembarque de aquella manera… Y luego me entero de que, como no tienen no sé qué convenio, no puedes reclamar un equipaje perdido pues no tienen medios para localizarlo (vamos, puedes reclamar, pero que sirva de algo ya es otra cosa). Y luego la gente… señores, qué gente! “Todo el mundo tiene derecho a viajar” te dicen. ¿Cómo que “derecho a viajar”? Tendrás el derecho a viajar si te lo puedes permitir y lo pagas, que para algo hablamos de transporte privado. Pero claro, bajo esa frase se escuda cada tipo que da cuanto menos miedo, si no asco. Como borregos entrando al avión, nula educación tanto dentro como fuera, gritos, voces… Impresentable. Normal que la gente proteste, si encima se producen retrasos y demás. Sumémosle los aeropuertos, generalmente lejanos, y los inverosímiles horarios. Eso sí que es desastroso, como bien dijo Carlos Herrera.
Y sin embargo, mi experiencia no puede ser más positiva, siempre viajando en otras compañías de tipo “high-cost”, o quizá debería llamarlas “normal-cost”. Al fin y al cabo, pagar 300 euros por volar (señores, volar) de París a Asturias, reduciendo el tiempo de viaje con respecto al coche en aproximadamente 10 horas (que se dice pronto), no lo veo descabellado.
Y por eso quiero, desde aquí y aún sabiendo que a poca gente llegará, romper una lanza a favor de esa compañía que, hasta la fecha, no me ha dado más que satisfacciones. Bueno, quizá sea algo exagerado… dejémoslo en “me ha llevado perfectamente, sin complicaciones, y cumpliendo con lo que yo he pagado”. Recordad: si algún día tenéis que hacer un vuelo, y entre las opciones figura Air Nostrum o cualquier compañía de las llamadas “business regional”, no lo dudéis. Si no estáis gordos (los asientos son pequeños, lo reconozco), y los horarios convienen, puede que sea la mejor opción.
Yo lo tengo clarísimo.
Ayer Carlos Herrera dedicó una parte de su programa a hablar sobe problemas con el tráfico aéreo, al que calificó sin ningún miramiento como “desastroso”. Se ve que por ahí hay gente que se cree capacitada para criticar algo cuyo control desconocen. Yo, que también desconozco cómo se organizan esas cosas, me limito a cerrar mi boca. Digo yo que si fuese desastroso habría cientos de accidentes y ya estaría prohibido.
Como digo, llevo viajando en avión desde pequeño, y desde hace unos 7 años de forma mucho más habitual. En 2006 hice tres vuelos París-Asturias (uno con escala en Barcelona), otro París-Pisa, y otro París-Barcelona. En un par de semanas volveré a viajar a Asturias. Cierto, es “poco”. ¿Seguro? Podemos entonces sumar los viajes de mi familia a Méjico, si de millas aéreas se trata. Problemas: CERO.
Otra gente, como Carlos Herrera decía ayer, sufren retrasos, anulaciones, pérdidas de equipaje… algunos en compañías de renombre, y otros en las famosas low-cost, entre cuyas características figura la imposibilidad de reclamar cualquier cosa, dado que “a fin de cuentas, has pagado muy poco”.
Yo sólo vuelo con Air Nostrum, y si no es posible, me busco un vuelo de otra compañía regional, o de gran compañía nacional, como Air France. No pago mucho más (dependiendo de cuándo reserve), pero generalmente los horarios me vienen mejor, y el servicio me compensa, aunque sólo sea por tener un asiento asignado, que en el caso de Air Nostrum siempre ha sido, y espero siga siendo, el 1A. En esta compañía valenciana me dan de comer un menú que, generalmente, no es malo (teniendo en cuenta que hablamos de un avión). Dado que no estoy en absoluto lo que se dice “gordo”, entro en los asientos perfectamente. Al ir en primera fila, nunca me ponen a nadie al lado (no hablamos de unos vuelos que vaya precisamente completos). Mi equipaje siempre llega conmigo, los horarios se cumplen de forma bastante precisa, las azafatas son guapas y educadas, tengo prensa (se agradece leer en papel la prensa regional cuando regresas a casa después de varios meses, te hace sentirte ya “allí”), el embarque y el desembarque se hacen de forma ordenada, y bueno… el avión es monísimo, tan pequeñajo él. Que me dejen en tierra por cierre, falta de aviones u otras causas que tanto hemos visto con las low-cost es altamente improbable. Y yo, como cualquier otro, lo último que quiero es quedarme en tierra.
Hombre, no es que te pongan la alfombra roja, pero se va bien.
Una vez volé con Easy-Jet. Embarque en una fría terminal del aeropuerto de Charles de Gaulle, en la que cualquier cosa de comer cuesta casi tanto como mi billete. No hay asiento numerado, por lo que te sientas donde más o menos puedas. En un avión que generalmente sería de filas de 3 y 2, se habían puesto filas de 3 y 3. Azafatas mal vestidas e incluso bordes, desembarque de aquella manera… Y luego me entero de que, como no tienen no sé qué convenio, no puedes reclamar un equipaje perdido pues no tienen medios para localizarlo (vamos, puedes reclamar, pero que sirva de algo ya es otra cosa). Y luego la gente… señores, qué gente! “Todo el mundo tiene derecho a viajar” te dicen. ¿Cómo que “derecho a viajar”? Tendrás el derecho a viajar si te lo puedes permitir y lo pagas, que para algo hablamos de transporte privado. Pero claro, bajo esa frase se escuda cada tipo que da cuanto menos miedo, si no asco. Como borregos entrando al avión, nula educación tanto dentro como fuera, gritos, voces… Impresentable. Normal que la gente proteste, si encima se producen retrasos y demás. Sumémosle los aeropuertos, generalmente lejanos, y los inverosímiles horarios. Eso sí que es desastroso, como bien dijo Carlos Herrera.
Y sin embargo, mi experiencia no puede ser más positiva, siempre viajando en otras compañías de tipo “high-cost”, o quizá debería llamarlas “normal-cost”. Al fin y al cabo, pagar 300 euros por volar (señores, volar) de París a Asturias, reduciendo el tiempo de viaje con respecto al coche en aproximadamente 10 horas (que se dice pronto), no lo veo descabellado.
Y por eso quiero, desde aquí y aún sabiendo que a poca gente llegará, romper una lanza a favor de esa compañía que, hasta la fecha, no me ha dado más que satisfacciones. Bueno, quizá sea algo exagerado… dejémoslo en “me ha llevado perfectamente, sin complicaciones, y cumpliendo con lo que yo he pagado”. Recordad: si algún día tenéis que hacer un vuelo, y entre las opciones figura Air Nostrum o cualquier compañía de las llamadas “business regional”, no lo dudéis. Si no estáis gordos (los asientos son pequeños, lo reconozco), y los horarios convienen, puede que sea la mejor opción.
Yo lo tengo clarísimo.
8 comentarios:
Si, mejor llámalas normal-cost, no te vayas por las nubes.
Si está claro que las Businnes Regional son mejores que las low cost querido Conde, pero hay mucha gente que no puede pagarse la diferencia.
Por ejemplo, ayer mismo estuve mirando billetes para volverme a Montpellier desde Madrid dentro de más de un mes, es decir, cualquier vuelo a cualquier aeropuerto francés que me permita luego cojer un tren para llegar a la capital del Languedoc, ya que desgraciadamente desde España no hay vuelos directos hasta Montpellier Mediterranée. Resultado: Easyjet hasta Charles de Gaulle y su posterior TGV. ¿El culpable? Los más de, como mínimo, 200 euros de diferencia entre esta odiosa low cost y Air Nostrum (mucho más barata que Air France Regional).
Una pena, pero es que no hay mucho más donde elegir.
Por cierto, enhorabuena por el blog, muy chulo.
Totalmente de acuerdo contigo. He volado varias veces Barcelona-Valladolid con Air Nostrum y todo perfecto, pero lo mejor, el trato del personal, los asientos de piel en todo el avión, y el desayuno en vajilla!!!! impresionante.
¿Volarías a Asturias desde Beauvais si operara Easyjet, por ejemplo?
Este año hice Bilbao-Colonia y Colonia-Budapest con Tui y Germanwings. Glamour no tenían pero sí aviones modernos y los precios muy convenientes.
Evientemente dependería del precio y de mi disponibilidad de tiempo, así como del horario. La gran ventaja de Air Nostrum es que tiene unos horarios perfectamente lógicos para el vuelo que suelo hacer, y que Orly está a 20 minutos en taxi desde mi casa (Beauvais queda casi en Bruselas...)
Es decir, en principio no, pero tampoco me dolería si fuese conveniente.
Pues yo vivo en Alicante, gano un sueldo "del sur", y como podréis entender, no me puedo permitir pagar más de 300€ para una viaje a Paris.
No es una cuestión de "sueldo del sur", ni de sentirse "mal" o algo por no poder permitirse esos vuelos. Yo sé que no me puedo permitir ir todas las semanas a Londres en un jet privado... como no puedo, sencillamente no lo hago.
Si no se puede, no se hace.
Hola,
yo he viajado con Iberia, Air Nostrum (de la misma casa), Sabena (ya no existe), Lufthansa, Turkish Airlines, Vueling, Easy Jet, British Airwair, y no he tenido nunca ningún problema.
Siempre me ha gustado probar aviones, hasta hacer escalas si el billete no era low-cost. Me han tratado muy bien, y soy de las personas que si puede sentarse en puertas de emergencias.
Nunca he perdido ninguna maleta, ni ha llegado más tarde que yo.
Son cosas que pueden pasar, y no es culpa de las companías sino del personal contratado desde el aeropuerto, que tiran las maletas, que se caen al suelo, etc.
El trabajo de comandante, segundo y TCPs (las azafatas) son velar por la seguridad del pasajero. Bien que las grandes companías tratan de llevar puesto el nombre de la companía, está claro que hay personas que si son desgradables, dejarán de volar, porque los pasajeros alguilamos un asiento, un buen servicio si lo hubiere, y la amabilidad de la tripulación asi como la seguridad. Y ahora que sé algo más del tema (estoy cursando para trabajar de TCP), añadiré el coste incluye los mantenimientos que se les hace a los aviones porque la mayoría de los accidentes areos, son por factores humanos y fallos humanos antes de ser mecanizados, aunque no viene el tema del posts.
Estoy en total deacuerdo contigo, cuando dices que hay gente que como mucho toman dos vuelos al año y se quejan de perder maletas, retrasos, etc.
Pero lo que no saben es que en agosto, como en Pascuas, hay más tráfico aerio, y no todos los aviones pueden aterrizar al mismo tiempo igual que si hubiere una prioridad o caso de emergencia, la pista debe de estar despejada.
Un saludo, y que tengas felices vacaciones, te vayas dónde te vayas con la companía que sea.
Lunay
lunaylin@hotmail.com
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