sábado, 12 de julio de 2014

Hyundai Elantra, la berlina geriátrica

10 de Junio de 2014
Elegir un coche con el que circular por Laos es muy fácil: lo más importante es que tenga aire acondicionado potente, y una mínima capacidad de aislamiento para poder evitar los karaokes de las fiestas (sean bodas, “bautizos”, inauguraciones o cualquier otro acto motivo de festejo) como el que estoy ahora mismo sufriendo yo desde mi casa, que hace casi imposible escribir.

En realidad no es tan sencillo, pues dependerá la elección de cómo vaya a ser el uso que se le dé al coche y de la cantidad de dinero de la que dispongamos. Es decir, como en cualquier otro país, con la diferencia de que… imposible, es imposible seguir escribiendo con el tipo este cantando que parece que esté en mi cocina. Así que dejo aparcado el artículo, que me está quedando bastante malejo, y ya volveré más tarde.

Fiesta típica de vecinos típicos
  
12 de Julio de 2014
El otro día quería yo escribir aquí sobre el Hyundai Elantra. Quizá haya sido bueno esperar este mes para tenerlo ya todo más asimilado y no parecer muy influido por la novedad del coche. Coche que es bastante atractivo, en la medida en la que una berlina compacta puede ser atractiva. El problema puede venir cuando tu nonagenario abuelo te comenta por whatsapp algo como “qué coche tan bonito, lo quiero yo para mí”.


Es un buen coche, no excesivamente feo, con sus bulbosas formas y de aspecto moderno. Además, es diferente a lo habitual sin ser estridente, y en el caso que nos ocupa viene muy bien equipado.

Hyundai Elantra GLS Luxury Pack. 

Por lo visto trae un motor 1.6 de gasolina, unido a una caja de cambios automática de cinco velocidades. Potencia desconocida, unos 130 caballos o por ahí, pero vamos, que no hace falta andar mucho con él para darse cuenta de que, incluso aquí en Laos, es un coche muy tranquilo. Es decir, lento. Bueno, más que lento, un coche rutero y silen.... no, lento, coño. El coche aquí parece que corre porque todo va muy despacio (y no hay sitio), pero al iniciar cuestas se siente perezoso y falto de churro. Imagino que en carretera abierta o autopista será más palpable la limitación lógica de su motor. Motor que, por otra parte, al menos aquí en Laos no se siente a gusto subido de vueltas, resultando curioso un comportamiento más dieselizado. Puntualizo que las velocidades aquí son bajas, con lo que el asunto puede cambiar en otras circunstancias, pero por ejemplo subiendo en carretera de montaña no se nota puntiagudo, sino bastante lleno en todo el rango de uso. Eso sí, teniendo en cuenta que va muy poco lleno, no hablamos de un coche potente ni rápido, como he dicho. De todas formas, tampoco podemos esperar otra cosa, y eso es bueno. El coche es lo que es. 


La caja de cambios funciona muy bien en modo automático y con el conductor en modo paseo. Tiene una horrible manía de ir constantemente en la marcha más larga posible, lo que hace que para adelantar a una moto desde 20 km/h notes cómo reduce a tercera o a segunda, o incluso a algo que parece primera, según hundas más o menos el acelerador. Pero yendo tranquilo la suavidad es excepcional. Las reducciones automáticas son generalmente bastante lentas, como si al coche le costase decidir.

El uso secuencial de la citada caja es totalmente despreciable. Como publiqué en mi Facebook nada más empezar a usar el coche, a los diez minutos de llegar a casa, habiendo pasado lo menos media hora desde que le pedí a la caja una reducción a segunda a la entrada de una pronunciada curva, me pareció que la caja hacía la reducción. Un desastre, aunque tampoco ayuda un motor que parece perder su poca chicha cuando se sube "demasiado" de vueltas, tal y como he dicho Pero es que no está diseñada para ello, sino para simplemente filtrar el motor y hacer moverse al coche.


Porque en modo paseo es un coche que se mueve de forma realmente suave y silenciosa, escuchándose sólo el ruido de rodadura de los neumáticos, quizá demasiado grandes (215 con llanta 17"). De hecho, a veces se oye más el roce de las manos en el volante al maniobrar que cualquier otra cosa. Maniobras que son muy sencillas, pues la dirección está asistidísima en parado o circulando muy lentos, volviéndose considerablemente más dura al acelerar si se circula en el modo “standard” de dirección. Y es que, como parte de su equipamiento, este Julay viene con tres modos a elegir de firmeza de dirección, que se controlan con un botón que hay en el volante. Y se nota bastante, aunque sólo en la dureza (no me ha parecido que se note en el radio de giro). El asunto es que uno al final la deja en modo confort, con el volante suave siempre, dado que el modo deportivo es como llevar un coche con la dirección dura a propósito (no como si no tuviese dirección asistida), y no veo ninguna necesidad de ello. Recuerda en parte a la dirección del Alfa MiTo con sus diferentes modos, resumidos en chicle y plomo.

El coche está a años luz de la última berlina de este tipo que había conducido, un horrible Volvo S40 del... cierto, quizá haga ya demasiados años de aquello (fue por el 2006 o así). Siguiendo con la dirección, el coche entra relativamente bien en las curvas cerradas pese a ir con buen ritmo. No es el tiralíneas del BMW Serie 1, pero tampoco es una barcaza insufrible. Hay subviraje lógico si se entra fuerte, o todo lo fuerte que el motor permite, pero no es acusado y los cambios de dirección se hacen bastante ágiles, o lo suficiente para lo que es. Miedo me da volver a conducir aquel Mazda MX5 que tuve y tener que retractarme.

Esas alfombrillas laosianas...

Pasemos al interior, en donde apreciamos que el coche viene equipado no ya de narices, sino de forma totalmente asiática. ¿Qué no trae? Pues no tiene techo solar, que yo pensaba que sí iba a traer. Tampoco tiene lucecitas en las puertas de esas que se iluminan cuando abres, ni luz antiniebla trasera, ni control de altura de faros. No hay espejo autocromático, tampoco, y la iluminación de los espejos de los parasoles es manual, no de eso que se enciende al correr la tapa.


Pero sí trae asientos de piel con regulación eléctrica, ventilación y calefacción. Por supuesto, también hay climatizador bizona, bluetooth, control de crucero, arranque y acceso sin llave, cámara de visión trasera, y alguna que otra pijada que seguramente me olvido. Aclaro que digo "de forma asiática" porque ninguno de los coches que conduje en Birmania tenía antiniebla trasero, por motivos que desconozco.

Mandos centrales con climatizadores y demás

Los acabados son bastante buenos, la verdad. Todo tiene un tacto decente, no se notan piezas discordantes o ahorros penosos, sino que todo se siente homogéneo y bien realizado. En la consola central tenemos los mandos de la climatización del coche y de los asientos. Tras el volante, un cuadro de mandos básico con información relevante y una iluminación que lo hace bastante cómodo de leer. Eso sí, luego uno se monta en un coche de verdad, como un BMW 320 a tope de equipo, y se da cuenta de que no es lo mismo. Perogrullo, el BMW vale el doble o más, pero es la realidad. Ni el cuero se siente como se sentía el cuero de mi Mazda o el del Volvo XC90 que tanto usaba yo en España, ni los asientos son tan cómodos como los de aquellos coches.

  
Las plazas traseras no son del todo pequeñas. De hecho, todo el coche por dentro es bastante amplio. Con el asiento del conductor puesto para mí, con mis 1,79 de altura, el espacio disponible es suficientemente amplio. Hay un reposabrazos en el centro que viene con posavasos, y salidas del aire acondicionado en el centro. La altura de las ventanillas dificulta la visión, pero no se siente del todo claustrofóbico.


A la derecha del airbag del volante hay una serie de botones que manejan el control de crucero, seleccionan el modo de la dirección, y hacen algo más que se me ha olvidado. A la izquierda, los del equipo de audio y el teléfono. Equipo de audio es bastante perronero, no tiene fuerza ninguna y a poco que se le dan graves vibran los altavoces. Ese es otro de los detalles que echas en falta cuando comparas con coches “mejores”. Al menos aquí todos los botones (casi todos) van iluminados, cosa también buena.

Pantalla del cuadro al poner la marcha atrás

¿Qué puede esperar alguien que se compre este coche en Europa o en zonas desarrolladas? Un coche rutero, sencillo de conducir por ciudad, no excesivamente gastón (yo le vengo haciendo una media de 8.7 litros, una vez bajados los 12 de media con los que lo cogí, haciendo pueblo y carretera “comarcal”), agradable y poco más.


Puede parecer que no estoy convencido con el coche, y de hecho no lo estoy del todo. El asiento del conductor, por muchas regulaciones que tenga, y aún a pesar de la ventilación (que es algo parecido a remojar el culo en la orilla en la playa, todo sea dicho, aunque gracias a ella no te suda la espalda), sigue resultándome demasiado básico, por no decir no del todo cómodo. Un mal menor, habida cuenta del uso que le voy a dar. Porque sí, este coche no es alquilado, este coche me lo he comprado aquí en Laos y, como era de esperar, pese a haberlo pedido de color chocolate oscuro, ha venido de este color marroncillo. Color que, todo sea dicho, disimula excelentemente la porquería. Alguna ventaja tenía que tener. Y bueno, ya me va gustando algo más.

Yo quería un Audi S3 Sedán, o un Mercedes CLA250, o… pero, o no los venden, o cuestan el doble que en otros mercados. Así que habrá que conformarse.

Hyundai Elantra  GLS Luxury 1.6 automático.

28,500 USD, impuestos incluidos, en Laos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El Conde comprándose un Julay, que será lo próximo, ¿un Tata?
Por aquí en España se ven a patadas los hyundais, sobretodo los ix35 y los i30, los elantra también se ven bastantes, en color blanco todos, o alguno incluso en color chocolate oscuro.
Disfrutalo!

Anónimo dijo...

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