De cara a un breve e inesperado viaje a Europa, y a la vista de los horarios y conexiones disponibles en las compañías aéreas que vuelan desde Yangon o Bangkok, me dio por reservar con Finnair y, ya de paso, ver Helsinki aunque fuese desde el aire.
Pena que no me tocase este avión con ese enorme motor en la cola...
Vamos con lo malo, que es la gran decepción de no ver ni un copo de nieve en Helsinki. Yo que iba con la ilusión de un paisaje blanco y gélido, y nada de nada. Eso sí, a las cuatro de la tarde ya era de noche, mucha madera de pino en la decoración del aeropuerto, y un frío de narices en la pista, que agradecí tanto como poco apreció mi salud, acostumbrada a temperaturas ligeramente más cálidas.
Como no era plan de andar gastando demasiado, y ya que lo no gastado en billete lo iba a gastar en otras cosas más importantes, reservé en Turista con una oferta que me pareció bastante adecuada, algo más de mil dólares ida y vuelta. Y eso puede ser bueno como puede ser malo, pues una vez en el aeropuerto, al querer pasar mi billete a Business para el vuelo de vuelta me dijeron que nanay, que había que comprar otro billete, porque el mío no admitía cambios. Lógico, no sea que salga más barato aprovechar la oferta y luego pagar el upgrade que comprar directamente Business, pero me dejó un poco mal.
Nada que lamentar, no obstante. La cabina Business de los A340 de Finnair no está renovada, siendo el mismo tipo de asientos que encontramos en Thai. Sí, esos que se hacen “casi planos”, en los que te pasas la noche, si es que pretendes dormir, cayéndote hacia abajo. A ver, no voy a decir que en Business no se viaje bien, pero yo quería la configuración moderna de Finnair. Que es como si pagas para que te lleven al aeropuerto en un Mercedes S500, y en lugar de venirte el último modelo te viene uno de 1995. Sigue siendo bueno, pero ya puestos…
Cabina no renovada
Y tanto querer, a la vuelta me tocó el A330 que sí tiene los nuevos asientos. Visto el panorama no sé si los prefiero a los viejos. Supuestamente se hacen cama horizontal, no lo dudo, pero me siguen pareciendo estrechos, algo que confirmó la azafata con la que charlé un rato durante la noche.
Cabina sí renovada
Se trata de una configuración 2-1-2 bastante extraña, que hace que el que va en asiento individual tenga doble apoyabrazos. Aquí pueden ver lo que digo, tanto del espacio como de la estrechez del conjunto, y aprovecho para poner la fuente de las dos imágenes de la nueva Business, que son este blog y esta entrada en un foro, donde pueden leer (en inglés) más al respecto de la experiencia Business de Finnair.
Asiento individual, parece un trono
Pasemos, pues, al asiento asignado. ¿Perdón? Al asiento comprado, quiero decir. Sí, Finnair aplica procedimientos de compañía low-cost en sus billetes de Turista. ¿Quieres fila de emergencia? Paga. ¿Quieres primera fila? Paga. Yo lo veo bien, la verdad, da opción a quien no quiere pagar de obtener un precio más bajo, y la de asegurarse el asiento que se quiere aunque sea pagando un suplemento. Suplemento que recuerdo sobre los 70 dólares por vuelo, por cierto (vaya, la oferta ya no es tan oferta…)
Cabina de Turista
El asiento es estrecho, como corresponde a Turista. A la ida pagué fila de emergencia, lo que supuso un espacio ilimitado para las piernas. Ya que iba junto a una de las puertas laterales del Airbus A340-300. Sin duda, es la mejor opción. A la vuelta sólo pude reservar primera fila, que también es recomendable siempre y cuando a uno no le molesten los bebés, pues al ir ahí los enganches de las cunas es donde los suelen sentar. Y lloran, claro, pues esa es una de las ocupaciones principales de un bebé: llorar. En mi vuelo venían unos cuantos, hubo alguna que otra sucesión de llantos atronadores.
Hay sistema de entretenimiento individual, tampoco es que vaya muy sobrado de opciones, películas o especialmente música, pero lo hay. ¿Queda alguna compañía que siga sin tenerlo para los vuelos largos? Si es que no, entonces borren este párrafo de sus mentes y quédense sólo con lo de la limitación en música y películas. Creo que Thai tiene más y mejor selección. Vamos, que no pude despertarme escuchando el disco Femme fatale de Britney Spears, que es lo que más me gusta hacer cuando vuelo. Una cámara para ver lo que hay delante, y otra para ver lo que hay debajo. No funcionaba en ninguno de los vuelos.
Hay sistema de entretenimiento individual, tampoco es que vaya muy sobrado de opciones, películas o especialmente música, pero lo hay. ¿Queda alguna compañía que siga sin tenerlo para los vuelos largos? Si es que no, entonces borren este párrafo de sus mentes y quédense sólo con lo de la limitación en música y películas. Creo que Thai tiene más y mejor selección. Vamos, que no pude despertarme escuchando el disco Femme fatale de Britney Spears, que es lo que más me gusta hacer cuando vuelo. Una cámara para ver lo que hay delante, y otra para ver lo que hay debajo. No funcionaba en ninguno de los vuelos.
Se puede ir viendo los datos en tiempo real, cual comandante
La comida no fue nada del otro mundo, incluyendo un sandwhich indescriptible y un plato de pasta frío en los vuelos cortos, aunque también uno de pasta y pollo a buen nivel en el vuelo largo de vuelta. No pidan la cerveza local, no es nada especial. El servicio sí fue en todo momento agradable y atento. Tenía una conexión realmente corta en Helsinki para volar a Ginebra, lo advertí y no menos de tres veces vinieron a reconfirmarme la puerta de embarque. Y eso es bueno. El vuelo fue puntual, y todas esas cosas que acaban por hacer una entrada aburrida.
Ahora vamos con el tema, ¿merece la pena? Finnair se publicita como la primera compañía de diseño (no sé muy bien a qué se refieren), y como experta en conexiones con Asia, ofreciendo muchos destinos y muchos vuelos. Bien, es bueno saberlo. Sucede que uno se enfrenta a muchos kilómetros de distancia desde Bangkok, y tiene básicamente tres opciones: los vuelos directos, con duración de unas 12 horas; los vuelos árabes, con escala en los Emiratos y, por tanto, dos vuelos medianos de unas 6 horas cada uno más el tiempo de escala; la opción de Finnair, que consiste en volar 10 horas hasta Helsinki, que es una ciudad que queda realmente lejos de España, Francia, Inglaterra o, en mi caso, Suiza, y luego meterse otro vuelo aburridísimo de 3 horas en el hermoso Embraer que opera FlyBe (sea lo que sea esa compañía, pues en el avión pone Finnair).
Ahora vamos con el tema, ¿merece la pena? Finnair se publicita como la primera compañía de diseño (no sé muy bien a qué se refieren), y como experta en conexiones con Asia, ofreciendo muchos destinos y muchos vuelos. Bien, es bueno saberlo. Sucede que uno se enfrenta a muchos kilómetros de distancia desde Bangkok, y tiene básicamente tres opciones: los vuelos directos, con duración de unas 12 horas; los vuelos árabes, con escala en los Emiratos y, por tanto, dos vuelos medianos de unas 6 horas cada uno más el tiempo de escala; la opción de Finnair, que consiste en volar 10 horas hasta Helsinki, que es una ciudad que queda realmente lejos de España, Francia, Inglaterra o, en mi caso, Suiza, y luego meterse otro vuelo aburridísimo de 3 horas en el hermoso Embraer que opera FlyBe (sea lo que sea esa compañía, pues en el avión pone Finnair).
Embraer
Personalmente, dudo que repita con ellos. Si lo he hecho esta vez ha sido por una cuestión de horarios (iba a pasar una noche en Bangkok y quería volar por la mañana), y por probar. Cada opción tiene sus desventajas, como son las excesivas doce horas del vuelo de Thai (que si se va en Turista debe de ser mortal), lo llenísimos que suelen ir los vuelos de Qatar, Etihad y demás, incluyendo Business, o ese viaje interminable que es hacer un vuelo largo sabiendo que aún te queda otro largo y aburrido. La ventaja de Finnair es el horario y las rutas. Bueno, y que el finlandés es como si hablasen al revés, resulta muy gracioso escucharles.
Finnair de diseño "Marimekko", que es como si un Iberia lo pinta Mariscal.
Finnair, conexiones diarias entre una ciudad rodeada de lagos y pinos y prácticamente cualquier sitio en Asia.
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