jueves, 12 de febrero de 2009

BMW Serie 7

No sé si se habrán dado cuenta de lo mismo que yo, pero desde hace unos meses parece como si la “cultura del vino” hubiese dejado paso a la “cultura del gin-tonic”. No quiero decir que ya no esté de moda tomar vino, claro, pero donde antes abundaban los connaisseurs de variedades, denominaciones de origen y maridajes, ahora parece como si lo cool fuese tomarse un gin-tonic con X tónica e Y ginebra.

Vale, eso ha pasado siempre. Desde el que tomaba su copa con Finley y Larios, al que iba más allá y pedía Nordic con Tanqueray. Yo era más de Beefeater con Schweppes, o de la que me pusiesen. Pero en los bares no había más de cuatro o cinco ginebras. Cosa distinta eran las coctelerías, claro, con su ginebra Giró para hacer cócteles, las marcas nacionales para el copazo perpetuo, y las extranjeras para los “entendidos” o simplemente para el pijerío dominante.














Aquí no, digo en los bares "buenos". O a saber...

Ahora uno entra en un bar o pub “bien”, y se encuentra mil ginebras distintas y tres o cuatro tónicas. Y los complementos, claro, que si ralladura de naranja, que si mini naranjas chinas, que si rodaja de pepino, que si mechero para quemar el cítrico de estrujar las cáscara de un limón, que si… Que sólo les falta hacer hielos con diferentes aguas para maridarlos con las ginebras.

Ginebras que han existido siempre, por otra parte. Puede que yo no me fijase y esté ahora escribiendo una chorrada, pero como es mi chorrada la escribo. Citadelle, G-Vine, Hendrick’s, Bulldog, Seagram… Y la reina de las tónicas del momento: Fever-Tree. Y el mismo camarero de siempre, que ahora es experto ginebrero. O no, no lo sé.



















Yo ahora me he pasado al bando de los más pijos, y pido G-Vine con Fever-Tree. Hale, para chulo mi pirulo. Lo cierto es que es una delicia, ojo. Bien servida, en su copa de balón con sus buenos hielos, sus cítricos por ahí, con una presentación adecuada y en su justa medida de ginebra (que para mí es mucho menos de los 50ml que vienen en las miniaturas), es una copa en la que el precio pasa a segundo lugar. Porque yo no bebo casi nada, claro, y si me tomo una de estas es para disfrutarla. Es realmente una delicia, y poco tiene que ver con mi vieja Schweppes con Beefeater en vaso de tubo.

Puedo decir, pues, que bienvenida sea esta (seguramente efímera) moda. Se me hace raro escribir sobre copazos a eso del mediodía, con un barullo en la televisión considerable donde una señora teñida de rubio acaba de levantar en brazos a un ser despreciable con gafas, y con el reloj de la Plaza de la Escandalera de Oviedo atronándome con su “Asturias patria querida” campanil, pero me parece magnífico que se ponga de moda lo bueno. Se ponga de moda entre quien se ponga de moda, lo cierto es que estos gin-tonics “currados” son otra cosa, y para quienes somos más de calidad que de cantidad (aunque hay quien es de calidad y de cantidad, claro) todo esto nos beneficia. Que algún placer de estos hay que darse, hombre, y más ahora.



















Hace meses estuve en la presentación del nuevo BMW Serie 7. No hubo gin-tonics, pero el coche me dejó una sensación tan fría y vacía que he tenido que rellenar el artículo con todo esto.

El nuevo Serie 7 es una ginebra más a descubrir. Sí, es un coche magnífico y mucho más acertado estéticamente que el horrible modelo al que sustituye. Además, tiene unas puertas excelentes, de esas que se abren sin cerrarse solas al no tener posiciones prefijadas, y de las que no quedan mal cerradas pues el coche las “absorbe”. Nada del otro mundo, por otra parte. Me gustó mucho el tirador de la puerta trasera, al estilo Rolls Royce, integrado en la madera decorativa.













¿Qué decir de un coche como este? Es que realmente hay muy poco que decir, porque es un cochazo impresionante. De los gadgets tecnológicos que incluye tampoco hay mucho que contar que no se pueda leer en catálogos o en páginas Web especializadas. Y me consta que tiene muchos. ¿Los asientos son cómodos? Evidentemente sí, y los motores deben de ser la maravilla (y digo “deben” porque en la presentación todo era gasoleo vergonzoso). Y tiene un maletero muy grande.













El otro día vi un Audi A8 4.2 que tenía 540.000km. En unos 3 ó 4 años, claro. Impresionante. Creo que me gusta más que el BMW.

Pero es que llegados a estos niveles, las compras se hacen por gustos personales. Y de la misma forma que a mí me gustan las ginebras G-Vine y Citadelle, quizá por un afrancesamiento difícil de disimular, de estos coches el que me gusta es el Mercedes Clase S. Y de ahí no me baja nadie.














Madre mía, gin-tonics y Mercedes… Entre esto y una barriga incipiente, cualquiera diría que me estoy convirtiendo en constructor pueblerino venido a más. Y bien feo que me parece ahora que lo veo ese Clase S… Seamos realistas, a este nivel las compras se hacen por gusto personal. En aquella presentación había un señor que había tenido todas las generaciones del Serie 7. Dudo que esa persona lea los catálogos del coche, la verdad. Tan sólo los freaks de los coches se ponen a valorar un modelo por su climatización biónica sucesoria inversa frente al otro que incorpora un control de presión en el glúteo con procesador por soplidos. Y es que sólo les falta, tras ver que puedes elegir cuánto tiempo quieres que la luz trasera de la matrícula permanezca encendida tras cerrar el coche, una comunicación con la domótica del hogar que permita controlar el ángulo de apertura de la trampilla de ventilación del WC, o que acople las revoluciones del coche según uno se va acercando con el centrifugado de la lavadora. Eso sí que sería útil.

Me queda claro que en versiones "básicas" (dentro de lo que cabe) o en el mercado de las empresas y de los promotores, son los tres de siempre (BMW, Audi y Mercedes) quienes coparán el mercado. Pero con la llegada del Porsche Panamera, con el exquisito Quattroporte de Maserati, con el magnífico Bentley Continental Flying Spur... ¿se comprarían ustedes alguno de esos vulgares alemanes o esperarían un par de meses de salario para ir a por los de las marcas "molonas"?

BMW Serie 7, un coche sin recesiones. Igual me quedo con éste antes que con el Mercedes, ahora que es ligeramente bonito.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Una pena que el Phaeton no haya tenido éxito. Sacará VW una continuación?

Por cierto, yo soy de Tanqueray, pero con Kas limón, lo cual puede que le quite clase y sobre todo limita mucho el ámbito geográfico donde se puede encontrar

Anónimo dijo...

Puedes tener estilo y llevar un Maserati o tener clase y llevar un Jaguar, los demás, pues eso, por que tiene que haber mediocres para que resalten los buenos.
Y yo soy de Juanito Andarín.

Anónimo dijo...

Vi el 7 en su presentación en Wiesbaden (Germany) y me parece acojonante. Muy bonito. Lo malo del MB es que por dentro no me convence nada de nada

 
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