lunes, 6 de agosto de 2007

¿Dimitiré de la DGT?

Tranquilos, no soy Pere Navarro…

Quienes me han seguido en algún que otro foro de Internet, saben que yo suelo ser muy escéptico con las críticas hacia la Dirección General de Tráfico. Siempre he defendido que el último culpable es el conductor en la mayoría de los casos, y que por tanto es él quien ha de responsabilizarse y no dejar que lo hagan otros (la DGT) por él. Que si bien hay muchas cosas por mejorar, parece como si nadie quisiese además cumplir con lo que les corresponde como conductores.



Es lo de siempre, el conductor medio echa la culpa al estado de la vía, a la falta de previsión por el clima, a la falta de asistencias médicas… y excusa su comportamiento aduciendo lo típico de “en Alemania no hay límites” o a la falta de educación vial en las escuelas. Vayamos por partes:

El estado de la vía es algo competencia del gobierno de turno, sea el de la Comunidad Autónoma, sea el del Estado, pero… ¿en qué nos afecta realmente el estado de la vía? Hombre, si hay desconchones brutales, charcos insalvables, carreteras con asfalto ultragastado o cosas peores, lo lógico es protestar muchísimo. Eso no quita para que todo sea mejorable, ni para que siempre se haya de protestar un poquito, de cara a evitar que el Gobierno se duerma y se olvide del mantenimiento de las carreteras. Cierto, pero aún así, el que va conduciendo el coche y el que corre peligro de tener un accidente es el conductor. ¿Qué es lo que se ve? Que no todo el mundo se adapta al estado de las vías. ¿Quién no ha visto a demasiados fittipaldis lanzados por una carretera que se ve a la legua que no está en perfectas condiciones? Problema: en caso de susto o golpe, la culpa será de la vía. ¿El conductor no tuvo ninguna culpa? ¿Por qué sólo se la dio él y no absolutamente todos los que pasaron por allí?

La previsión del tiempo es algo que me apasiona. Pero ya no porque acierten o no, que es lo de menos. Me muero de risa viendo a la gente protestar por el diluvio que cae… que nadie les avisó… que menuda nevada… que tal y que cual. Volvemos a lo de antes: ¿quién no se ha visto adelantado por el conductor modélico que, como va en autopista, circula a 120 haga el tiempo que haga? Culpa de la lluvia, que el coche le hizo acuaplanning… Claro, por eso los otros 3.784 coches que pasaron antes y después no se salieron de la vía.


No es lo mismo así, que bajo el Diluvio Universal...

Lo de la falta de asistencias médicas sencillamente clama al cielo, por ambos sentidos. El primero, por ponerme del lado de los que protestan, porque es cierto que sería deseable tener autopistas y carreteras equipadas con puestos médicos de emergencia… Se ve que han oído que las autopistas de Francia lo tienen, y que en Alemania se fija por ley el tiempo máximo admitido para llegar al lugar del accidente. Pero también clama al cielo culpar del número de muertes a eso, si pensamos que el accidente ya ha ocurrido, ¿y por qué ocurren la mayoría de los accidentes? Por distracciones y por conductas temerarias. Lo siento mucho, pero esas cosas son evitables. Prefiero ir con cuidado y no dármela, a ir como quiera pensando que “como hay asistencias médicas…” Más vale prevenir que curar, que decía Ramón Sánchez Ocaña. Además, quienes protestan parecen no darse cuenta de que en España ni hay la densidad de población de Alemania, ni se disponen de tantos recursos económicos como para mantener esa infraestructura. Porque claro, que no les diga de pagar peajes o más impuestos, quite, quite…

Y sin salirnos de la patria de las salchichas con patatas y las cervezas en jarras enormes, pasamos a lo de los límites. No, allí no hay límites… Efectivamente, en aquellas zonas en las que no los hay, y en las circunstancias en las que se permite correr, pero siempre pueden establecerse si se estima conveniente. ¡Y encima la gente los cumple! Quédense con esto en vez de pasar a otras reflexiones posibles (como límites lógicos y variables): a ver si va a ser que los supuestos menos accidentes son también cosa de la responsabilidad de los conductores…

Sobre la educación vial, creo que todo se resume con el borrado de la última palabra. Lo que falta no es educación vial, sino educación. Si no, que me digan por qué yo, que nunca he recibido clases de educación vial en el colegio, me comporto como una persona y no como un animal cuando voy al volante. Por qué entiendo las señales y las normas, y las aplico en mi beneficio propio, no para evitar una multa. Por qué se pide educación vial, si luego en casa somos como gorrinos y en el coche como degenerados, y todo con los niños delante. Pero no, todos a pedir la supuesta panacea de la “educación vial” desde pequeñitos… “Es que falta cultura automovilística”. Hoygan (sic), en España llevamos sobre ruedas cuatro días, nos gustan otras cosas y tenemos un carácter determinado. No pretendan que seamos como los ingleses en los cruces, como los alemanes en las autopistas, como los franceses en las carreteras comarcales, como los italianos fabricando deportivos, y como los americanos consumiendo. Ni mucho menos pretendan eso dejando de lado nuestra responsabilidad como padres o consejeros.


De pequeñitos aprendiendo... ojalá les sirviese de algo una vez fuera del colegio.

Creo haber explicado algunos motivos contundentes para sentirse escéptico ante las críticas desaforadas de muchos. Un viaje por España de una buena kilometrada servirá para dar más peso a mis razones: la gente no admite su responsabilidad. “¡Que lo arreglen ellos!” Curioso, dejamos en manos de instituciones politizadas cosas importantísimas, prácticamente desentendiéndonos de ellas… y por el otro lado nos estamos cagando en la clase política día sí y día también. Unos por otros, la casa sin barrer. Unos por otros, nos seguimos matando en las carreteras.

Ahora es pleno verano. Se supone que ha de hacer buen tiempo, y que cuando llueve lo hace de verdad, siendo “fácil de ver” que llueve. O sea, o tenemos las mejores condiciones para circular, o tenemos unas fácilmente identificables. ¿Por qué nos matamos? ¿Qué culpa tiene Pere Navarro de que alguien decida hacer un adelantamiento prohibido? Adelantamientos, saltarse Stops, marcha atrás en autopistas para coger la buena salida, ninguna distancia de seguridad, conducción con prisas por llegar, cansancio de viaje larguísimo… o todo lo contrario: trayectos cortos sin ninguna precaución, salidas de juerguecitas, terracita y mojito, demostraciones de tatuaje tribal y compacto tedeí…

¿Alguien puede decirme en qué afectan el estado de las carreteras, el mal tiempo, los límites en Alemania o el color de las gafas de Pere Navarro en los accidentes que se producen por esas causas? Evidentemente no, nadie puede decirlo. ¿Por qué entonces se producen? Porque no hay responsabilidad. Peor aún es cuando pretendemos, encima, culpar a otros.

Y todo esto viene escrito en algo que he titulado ¿Dimitiré de la DGT?… suena raro, la verdad. Pues nada más lejos de la realidad, y permítanme que me explique:

El problema de la DGT y su política es que se comportan como los conductores. No demuestran ninguna responsabilidad ni interés por lo que deberían de hacer: velar por el cumplimiento de las normas y obtener mejores datos de siniestralidad. Sí, me gustan muchas de sus campañas y las veo acertadas. Y sí, estoy plenamente de acuerdo con el slogan “no podemos conducir por ti”, al que muchos han añadido el famoso “...estamos contando el dinero”, pero al que yo prefiero añadir un rotundo “...afortunadamente”.

Es la cultura de la bronca: si corres te vamos a pillar; si haces esto te vas a matar; no tienes respeto por la vida; vamos a poner 4 millones de controles para pillar a los borrachos y quitarles el carnet; etc etc…


Conversaciones entre la DGT y conductores, ayer.

Por desgracia, cuando lo piensas un rato, te das cuenta de que es una política modelo “respuesta”. Como cuando dos personas inician una conversación calentita y van subiendo de tono. ¿De quién es la culpa? No sabría decir si del huevo o de la gallina, y temo creer que un cambio de actitud de la gallina ya no tendría ningún efecto sobre estos huevos que ya son pollos y encima conducen. Porque reconozcámoslo: estamos en un punto en el que mucha gente respeta las normas principalmente por evitarse la multa. Lo tenemos en cualquier conversación familiar e incluso en la televisión: no corras, que te multan; ponte el cinturón, que te multan si no; no bebas, que te multan; ten cuidado ahí que si tal, te multan; no aparques ahí que te multan; etc… Es como si muy pocos realmente no corriesen donde no se puede, se pusiesen el cinturón y fuesen perfectamente sobrios y descansados por puro egoísmo, por puro confort propio.

Y luego aparece la DGT y nos habla de velocidad. Curiosamente por fin hablan de controlar aquellas vías en las que hay más accidentes: las de doble sentido. Bien. Acto seguido te sacan las fotos de dos coches cazados a alta velocidad como ejemplo: un Audi A8 W12 a 260 km/h y un Ferrari 599 GTB a 223 km/h. Estas son las fotos.





Se ponen “por la noticia”, que no pretendan engañar a nadie. El problema es que algunos vemos más allá, y esos algunos cada vez somos más. Y no me refiero al detalle de los coches, aunque sea cierto que son dos máquinas perfectamente diseñadas para ir a esas velocidades o incluso a más. Y digo esto porque soy el primero en negarme a aceptar límites variables en función del conductor o del coche, ya que las carreteras las compartimos todos. Aunque hay que reconocer que es un detalle importante, como explicaré más tarde.

Me refiero a tres circunstancias importantísimas, que en el caso del tipo del A8 le sirvieron como excusa en el juicio (que ganó), y son:

1. En las fotos se ve que no hay en absoluto nadie más en la carretera en ese momento, fundamentalmente porque son fotos hechas muy temprano por la mañana.

2. Se trata de carreteras modernísimas en perfecto estado, en tramos amplios con visibilidad plena.

3. El cielo está totalmente despejado en ambos casos.

El peligro potencial que causan esos dos conductores puede ser muy grande, siempre y cuando falle alguna de esas tres variables. Pero es que no fallan. Eso fue lo que dijo el juez en el caso del A8… Quizá haya algo erróneo entonces en publicar esas imágenes.

Si se quiere denunciar una conducta que se estima generalizada, lo lógico y normal es mostrar fotos más comunes, en situaciones en las que se aprecie fácilmente el peligro que supone ir a esos ritmos. Poner una foto de un A8 a 260 sólo se hace por la noticia de la velocidad, y la del Ferrari…. Porque es un Ferrari. A ver si va a ser que la DGT cae en lo fácil, en lo popular, en lo simple, y pretende llegar a la gente como sea en lugar de transmitir un mensaje. Señores de la DGT, para la inmensa mayoría de la gente de este país, la noticia de ese Ferrari no es la velocidad, sino el Ferrari en sí. En España, la mayoría nunca o casi nunca ha visto un Ferrari en vivo, y hablamos de un coche que es un sueño para toda la humanidad. ¿Creen que se fijarán en lo demás? No sean optimistas…

¿Realmente esperan que alguien diga “pues sí, menudo peligro ir tan rápido” frente a una foto que muestra a uno de los mejores coches de la historia, en una de las mejores vías de nuestro país, bajo las mejores condiciones para conducir rápido y sin peligros (mañana de verano: cielos despejadísimos y temperaturas frescas pero agradables, perfecto), y encima a una velocidad que, reconozcámoslo, no es para tanto hoy en día? ¿No habría sido mejor poner una foto del capullote en su coche normal a 100 en una travesía de un pueblo, a las 6 de la tarde? Claro, esa foto “no vende”, pero lo cierto es que se ajusta 45 millones de veces más a la realidad española que la foto de un coche que muy pocos han visto en vivo en una idílica mañana de verano en una autopista perfecta…



Eso es lo que me lleva a plantearme el “renunciar a la defensa” de la Dirección General de Tráfico. No hace que renuncie a todo lo que he dicho primero, pero… esta no es la DGT que yo quiero, la que queremos la gran mayoría de los conductores, aquellos que no tenemos ningún interés en fastidiar las vacaciones o la vida en la carretera. Aquellos que no necesitamos a nadie para que conduzca por nosotros, pero que sí necesitamos (algunos sobre todo) que se nos recuerden las normas básicas y que se expliquen para que se asimilen, y no porque si no se cumplen cae la multa. Aquellos que queremos presencia de la Guardia Civil en la carretera cuando tienen que estar, que necesitamos controles del estado de vehículos aleatorios e inmovilizaciones, que reclamamos controles de alcoholemia donde tienen que estar situados. Esa DGT que compruebe la correcta señalización de las carreteras, que modifique lo que la experiencia dice que ha de ser modificado, etc etc… En definitiva, una DGT que, sin conducir por nosotros, se preocupe porque todos lo hagamos mejor de una forma efectiva y duradera.

Y bueno, como está visto que algunos no aprenden ni con multas ni viendo videos de gente saltándose stops, haciendo adelantamientos prohibidos, conduciendo borrachos, etc… al que lo pillen, a la cárcel y sin carnet de por vida. Sr Pere Navarro, recuerde que no todo el mundo sirve para conducir, y que cuando en una bolsa de naranjas hay una que está pocha, lo que hay que hacer es apartarla cuanto antes. Oh, 6 puntos por adelantar en línea continua… recuerde que nadie adelanta en línea continua “por error”, y que es una norma básica cuyo incumplimiento causa, generalmente, choques frontales. Quítele el carnet, sea radical, y si vuelve a conducir métalo en la cárcel. O no haga eso, da igual… pero haga más cosas efectivas en lugar de perder el tiempo y pavonearse con la foto de un Ferrari a 223, a 253, o a 343 km/h, fundamentalmente porque el infractor estará en estos momentos celebrando la foto con sus amigotes en un yate.

7 comentarios:

countach dijo...

100% de acuerdo, es impresionante tanta clarividencia.

Anónimo dijo...

soy Chak, hace tiempo que te sigo en FC, simplemente escribes (de una manera excepcional, todo sea dicho) aquello que los demás pensamos, y que el pueblo llano no ve: La realidad del asunto.

un saludo, sigue así. ;)

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, me lo he leido de pé a pá y no dice más que lo que pensamos muchos, y muy bien escrito.

elmonstre dijo...

Clarividente, cristalino, cierto, real.

Ojalá la mayoria de la gente supiera expresarse tán bien.

Me quedo con una frase:

"Sobre la educación vial, creo que todo se resume con el borrado de la última palabra."

El egoismo y la hipocresia nos desborda.

Enhorabuena por el artículo.

Saludos.

Francisco Miranda dijo...

Espero que alguien con competencias en el asunto lea el artículo y vea la luz.

Hace unos días comentábamos que si fallaban las campañas cuando el número de muertos aumenta.La conclusión fue que los que fallan son los conductores.

Anónimo dijo...

Ojalá la mayoría de las personas pensasen (y actuasen) así... Estoy de acuerdo con todo lo que expones en tu "artículo", que merecería ser publicado en algún periódico... Cécile (Cecilou71)

Anónimo dijo...

Muy bien argumentado, lo comparto plenamente. La mejor frase que he leído en mucho tiempo:

El problema de la DGT y su política es que se comportan como los conductores.

Un saludo.

 
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