sábado, 22 de mayo de 2010

Lotus Eloise

Tengo un traje que disfruto poniéndolo más que el resto. En realidad son varios los trajes que creo que me quedan perfectos (dentro de lo que cabe), pero este en especial sobremanera. Porque el Cerruti de invierno, pese a sus años, sigue siendo un traje de moda y me sigue sentando como un guante, y aunque me gusta muchísimo y es probablemente el traje más caro que tengo, no alcanza a este otro. También esta uno que compre hace un par de meses, en seda y lana, gris, entallado, con su pantalón de tiro bajo, su tejido relativamente brillante y su chaqueta de un solo botón que, al poner con camisa blanca y sin corbata, está diciendo a todo el mundo: soy tan jefe que ni me preocupo. No, tampoco le alcanza.

Ejemplo de hombre cómodo con su traje

El traje del que hablo lo compre en Zara y no llego a 100 euros en total. Y, sin embargo, está muy bien terminado y sienta... como sienta. Yo no sé cómo me verán los demás, pero da igual que lo ponga con camisa azul y corbata negra (cual presidente francés), con camisa blanca y corbata gris, o con camisa... no, la camisa o azul claro o blanca, y corbatas, la verdad, admite unas cuantas de las que cuelgan en mi armario. El traje en cuestión es azul oscuro, como con raya diplomática "pero tampoco", con una chaqueta entallada de dos botones que puedo decir es, sencillamente, de mi talla. Y cuando llevo puesto este traje y salgo a la calle entrada la mañana, la gente me mira. De acuerdo, esta última frase debería haberla puesto en pasado, de cuando vivía en plena City, rodeado de bancos y banqueros. Ahora, evidentemente, ni me pongo traje ni salgo a una calle llena de ejecutivos, sino que esquivo charcos y procuro no atropellar a nadie con la moto.

Cuando encuentras una prenda con la que estas cómodo, lo normal es que llegue un momento en el que te olvidas de que la llevas. La prenda es una parte más de ti, y la disfrutas en cada momento. Al menos eso me pasa a mí, que me gusta lo que viene a ser vestirse y tener un aspecto adecuado.

Por ejemplo, ellas van cómodas así…

Con los coches sucede exactamente lo mismo, especialmente cuando hablamos de deportivos, pero en el caso que nos ocupa las cosas no van por estética, precisamente, o por empaque. En absoluto. El símil de los trajes ha de ser tomado con cautela y sabiendo leer entre líneas. ¿Qué es lo importante cuando uno va vestido con su pantalón, camisa, corbata, chaqueta y unos zapatos impolutos? Dejar de sentir el traje para poder ser uno mismo. ¿Qué es lo importante cuando uno busca la conducción más pura? Lo importante es lo que sucede en el Lotus Elise.

Acostumbrado a conducir mi Mazda MX5, cualquier coche "normal" me parece una mera maquina de traslación. Eso no tiene nada que ver con la potencia, con el número de asientos o con la anchura de las ruedas. Tampoco tiene nada que ver con el lujo, y no es algo necesariamente negativo. En un coche normal, el conductor acciona unos mandos determinados con la certeza (en la mayoría de casos) o la esperanza (si hablamos de un Fiat X 1/9, por ejemplo) de que esos mandos provoquen la reacción deseada en el coche. En un deportivo, las reacciones del coche se suceden de forma más cercana, casi inmediata a las órdenes que le damos. Por eso son deportivos, porque todo sucede de forma más directa, más veloz.

El X 1/9

Cuanto más radical se hace el coche, cuanto menos tiene, más directas suelen ser las reacciones. No obstante, todo puede acabar terriblemente mal si no seguimos el camino correcto, ya que la receta de la sencillez no es ninguna tontería. Mi viejo Ford Fiesta 1.1 5 puertas del 89 o del 91 (nunca nadie lo supo) tenía una conducción tan directa como errónea, y por muy voluntarioso que fuese el carburador y muy sencillo que fuese el coche, aquello provocaba asco y repulsión hasta extremos desconocidos por el hombre.

Pero volviendo a los deportivos y a los trajes, y concretamente a los coches actuales, uno puede sentarse en un excelente BMW Z4 y notar miles de sensaciones placenteras, incluyendo la de ir sentado relativamente bajo o la bastante relativa de ser observado por todo el mundo. Un Z4 es como cuando uno va "de boda". Si, se va bien y disfrutando, pero no se es uno mismo, o en el caso del coche, se sigue yendo en coche. La inmensa mayoría de los deportivos son así. Los hay más rápidos, más ligeros e infinitamente más caros, como sucede con los trajes. Y luego están esos deportivos que van acercando al conductor al coche, haciéndole mucho mas participe de ella. ¿Dónde sucede el salto al Lotus Elise?

Ello es

He dicho acercar el conductor al coche, como si el coche fuese un ente diferente del conductor. En el Lotus Elise ocurre que deja de haber esas dos partes interactuando. Mientras que en un Honda S2000 el conductor ordena y el coche hace (y lo hace de forma increíble y a una velocidad asombrosa), en un Lotus Elise el coche deja de hacer y el conductor deja de ordenar, porque el coche pasa a ser parte del conductor, y viceversa.

Conducir un Lotus Elise es uno de los mayores placeres referidos a coches (en marcha) que existen. Evidentemente no corre como un gran Ferrari, y digo gran refiriéndome a su potencia y al tamaño desmesurado de los modelos actuales. Tampoco está terminado como un Porsche, ni es tan chiflado como un Lamborghini. Y probablemente cualquiera de los coches de esas tres marcas me resulten más apetecibles que un Elise. La cosa esta en esa perfecta simbiosis entre maquina y conductor, esa ausencia de "yo ordeno, tú haces". Si además ese Elise ha sido convenientemente retocado en cuanto a escape y admisión, el placer es inmenso.

No hay coche, no hay conductor, hay Eloise.

Yo lo he probado, lo he sentido, y ahora sé que no quiero uno, pero esa es otra historia y tengo mis motivos para ello. Sin embargo, hasta la fecha no conozco ninguna otra máquina que me haya transformado en coche.

Parada técnica para retocar.

Y, encima, como con mi traje azul de Zara, no hablamos de un coche excesivamente caro (claro que, para lo que trae, sí que resulta mucho dinero).

4 comentarios:

Sergio dijo...

Lotus Elise, para los verdaderos jefes.

Chema dijo...

¿Por qué su publicación me ha recordado inevitablemente esto?

http://www.lordmax.org/wp-content/uploads/2009/12/Legendary___Barney_Stinson_by_SouthernDesigner.jpg

Pd -> Grande el lotus.

Peter Wash dijo...

Magnífico enfoque. Le felicito una vez más, oh, Conde.


Trompetas del I.

Bea Candiani dijo...

Acabo de publicar un artículo muy simple en uno de mis blog que se refiere a la comodidad necesaria en el vestir. Creo que le agregaré una cita tuya de este post. Abrazos y me encantan tus blogs!

 
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