martes, 2 de septiembre de 2008

La Mirada Terminal

Ocho y media de la mañana, día Dos. Lo intento de nuevo. He decidido renunciar por segundo día consecutivo a mi sesión matinal de piscina en beneficio de la televisión. Y en beneficio del beneficio de la duda, aunque con tanto beneficio por aquí y por allá, esto parezca la casa de beneficencia o un banco, y la verdad es que nada de ello. Nada de nada, no de nadar, porque no nado nada. Me juego mi salud y mi forma física (tómese esto muy a la ligera) por darle una segunda oportunidad a María Teresa Campus y su secuestro del programa “La Mirada Crítica”, en Telecinco.

Bien, es agradable regresar de las vacaciones bloggeras y encontrarse con algo que criticar. Sustituyan el pronombre indefinido “algo” por el sustantivo con calificativo “grandísima mierda” al leer la frase anterior.


Se abre el telón…

“La Mirada Crítica”, por ponerles en situación, era mi programa de cabecera, el que me acompañaba durante el desayuno, la ducha, el aseo y demás antes de salir hacia la oficina. ¿Por qué? Básicamente porque terminaba, y sigue terminando, a mi hora de salir de casa, pero también por tratar la actualidad de forma totalmente imparcial, ofreciendo siempre opiniones especializadas desde bandos contrapuestos, con noticias atractivas sin caer en el amarillismo, con debates tranquilos y agradables, y con el repaso de prensa del grandísimo Giosto Maffeo, leyendo los titulares más destacados de los periódicos más importantes, tanto nacionales como internacionales, sólo con la intención de leer, sin en ningún momento opinar.

Primero presentado por Montserrat Domínguez en sus inicios, después por el excelente periodista Vicente Vallés, de quien nunca supimos datos personales ni filiaciones. Ambos se limitaban a presentar los temas, con una sonrisa cuando era necesaria, con seriedad si se requería, a presentar a los contertulios o entrevistados, y nada más. Nada más y nada menos, pues a la vista de lo que se puede observar en televisión, esa labor parece realmente complicada.

María Antonia Iglesias

Ahora lo presenta María Teresa Campus, la madre que la parió. Bien, Telecinco, bien. Ustedes tenían unos informativos presentados por Pedro Piqueras, que lo hace bien porque tiene tablas y parece pasar del tema; por Hilario Pino, que es malo como el solo pero que, al menos, está buenorro y tiene estilo; y por Vicente Vallés, que tendría cara de niño, pero lograba un programa plural que nunca se casaba con nadie y en el que nunca se oía una voz más alta que la otra. Incluso tuvieron a Angels Barceló, capaz de provocar en el público masculino heterosexual los mismos efectos que causa Hilario Pino. Tenían un cierto estilo, complementado por uno de los programas más plurales de las noticias.

Y ahora tienen “La Noria Morning Edition”. Esta mañana, a las 10.14 exactamente, la emisión de Telecinco se componía de unas ciertas imágenes acompañadas por las voces de cuatro tertulianos (qué asco me da esa palabra), una presentadora vociferante, y una señora de 80 años al teléfono cuyo máximo deseo era recuperar el cuerpo de a saber qué pariente muerto en actos de guerra, en la Guerra Civil. Cojonudo. Este ha sido el detonante de mi abandono. Les dejo, no quiero volver a ver semejante basura televisiva mientras desayuno. Me vuelvo a CNN+.

María Antonia Iglesias

Ayer fue el primer día. Lo intenté, lo juro. Me duró hasta que escuché la temida frase de “¿me dejas hablar?”. Creí no poder más, pero tomé un trago de zumo de melocotón y uva marca Carrefour, me hice fuerte, y seguí. Y luego apareció Miguel Ángel Almodóvar, a hablar con voz seria y aspecto interesante pero desinteresado, del tema que tocase cual experto absoluto. Más asco aún. Cambié de canal y me asomé a la ventana pensando incluso en saltar. ¿Dónde estaban mi Vicente y mi Giosto? Me incliné sobre el alfeizar y me balanceé hacia el exterior. Vecinos asustados, gente parándose, se va a tirar… bueno, no, sólo me incliné para ver si llovía, y en vez de tirarme a mi propia terraza, salí por la puerta, que es una acción mucho más digna, a ver si mi mesa de jardín estaba seca. Luego me fui apesadumbrado a la oficina.

Ya lo he comprendido todo. Ustedes, señores de Telecinco, querían hacer una reedición de las mesas de debate de los programas de La Campus y de (pónganse en pie) Ana Rosa Quintana, AKA “Ar”, y lo han conseguido. Han logrado adelantar el vociferio un par de horas. Sólo espero que mañana tertulien por ahí el paparazzi ese que va de cachas y que tiene los ojos mediocerrados (cerrados del todo se los dejaría yo), el Conde Lequio, la Esteban, y dos o tres ex-concursantes del Gran Hermano.

Esto no viene a cuento, pero es bonito. Novo Mesto, en Eslovenia.

María Antonia Iglesias, Miguel Ángel Almodóvar, Alfredo Urdaci, Isabel San Sebastián… sí, definitivamente son los mejores sustitutos de aquellas otras personas que participaban antes mientras se tomaban un café. Sin duda ahora comprenderemos mejor las noticias y los sucesos. Los sucesos, porque van a tener sección de sucesos. Creo que es justo y merecido cambiar una sección de tecnología de futuro, siempre alegre, por una de sucesos y crímenes sin resolver.

Háganme el favor e impídanme la entrada a sus instalaciones, especialmente si voy armado. Puto asco, rediós! María Teresa Campus y compañía, ¿serían ustedes tan amables de fallecer? Si no pido tanto… Morirse es bien fácil…

10 comentarios:

Unknown dijo...

Muy, muy bueno.
Coincido plenamente.
¡Qué asco! ¡¡PERO QUÉ ASCO!!
¡GENTUZA!

LeStrat dijo...

Este ha sido, sin duda, el artículo que más risas me ha provocado.

La segunda imagen que ha puesto de Maria Antonia Iglesias es para enmarcar.

¡Usted sí que sabe!

Anónimo dijo...

"Hilario Pino, que es malo como el solo pero que, al menos, está buenorro y tiene estilo"

Como haga ese comentario en el HoliGay Gim de Ortega y Gasset por donde paraba Hilario Pino tiene rollete asegurado.

countach dijo...

LOL en la foto de la sectaria progre gorda.

Anónimo dijo...

Acepto donativos para adquisición piedras, grava, marmol.
Asunto: Lapidación Mari Tere la más lista de su barrio.

elmonstre dijo...

Pero, ¿como se te ocurre ver la televisión en verano, hombre de Dios?

Anónimo dijo...

Por fín....se te echaba de menos, Excellente Rentrée!

Anónimo dijo...

Gran escrito que me hace comprender más la capacidad de sufrimiento del ser humano. Posteriormente a esta lectura, me desplazaré a una tienda de pianos con tapas abiertas que se cierren de golpe.

Anónimo dijo...

Yo NO VEO la televisión, y así no sufro. Reconoceré, empero, que con ocasión de las elecciones generales presencié un fragmento de un debate en que estaba presente Jabba el Hutt, perdón, María Antonia Iglesias. Te diré que ya entonces colgué un comentario en el lugar oportuno haciendo ver las similitudes estético-conceptuales entre la (supuesta) periodista y el helmíntico jefe de banda delictiva galática.
Lo de la lapidación me parece sensato como solución general, sí.

Sir Andrew Vickerman dijo...

Y, al final, una ya palmó.

 
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