lunes, 2 de noviembre de 2009

BMW 535i GT, jet privado

“¡De p*** madre!” Pocas veces había escuchado yo esa expresión dicha de forma tan sincera como cuando el otro día le pregunté a mi amigo Javier sobre cómo se iba ahí atrás. Bajábamos hacia Somió, que es un área bastante pija de las afueras de Gijón, yo iba conduciendo, y él cada vez se repanchingaba más en su asiento individual de regulación eléctrica. Íbamos en un BMW 535i Gran Turismo, que es otro de esos coches espantosos fabricados por BMW (no, no voy a poner el tópico de la marca bávara o la casa de la hélice para evitar repetir las siglas, me niego), que duele mirar pero ante el que uno no puede sentir más que admiración, y que con el tiempo acaba gustando.














El pasado jueves se inauguraron las nuevas instalaciones de Triocar, concesionario BMW en Gijón. Fue una fiesta agradable y bien amenizada, que incluía un cura para bendecir el local (lo siento, me siguen extrañando esas cosas), además de un catering lo suficientemente bueno. Es curioso que, pese a estar entre supuesta gente de dinero, ésta se siga abalanzando sobre las bandejas de canapés y de empanada, haciendo también desaparecer a velocidad asombrosa los platos de jamón serrano, aprovechando que es gratis y es la hora de cenar. Pero la fiesta estuvo bien, me regalaron una botella de vino, se dejaron ver los X1 y Serie 5 GT, había personas disfrazadas de seres extraños haciendo burlas, malabares y demás, buena música… y un excelente trato por parte de los organizadores, tanto como para permitirnos probar al día siguiente las dos novedades.

Del X1 poco más puedo añadir a la toma de contacto. El coche me sigue gustando, pese a que encontré la banqueta trasera realmente incómoda. Me gusta tanto que creo que me compraría un Tiguan y ahorraría esos diez mil euros de diferencia. El motivo por el que estábamos allí la tarde del viernes era otro, de color negro, con tapicería en un tono marrón rojizo, y con un motor tan grande como el coche. Y es que el Serie 5 GT, pese a tener un cierto parecido con el Tatra checoeslovaco de los años 30, es tal barbaridad de vehículo que su atractivo se hace innegable.










Como digo, la unidad que probamos era negra como una cucaracha, y estaba equipada a más no poder. Los asientos delanteros de confort con miles de regulaciones eléctricas son una maravilla, aunque uno tiene la sensación de que eso ya lo ha visto en un coche similar comercializado hace años por una marca francesa (ejem…). A ellos se sumaban asientos traseros individuales con regulación eléctrica, cortinillas parasol también eléctricas, techo panorámico, un navegador con una pantalla gigantesca, dos pantallas de televisión detrás, todo tipo de sensores para todos los automatismos posibles, ruedas descomunales, unos de los mejores faros que he probado jamás, una cámara de visión trasera que me parece incluía cámaras de visión perimetral, un buen equipo de audio, y seguramente algún que otro dispositivo que pasa desapercibido a la vista, pero que mejora (y encarece) el conjunto. Ah, y una iluminación interior maravillosa. El coche en cuestión pasaba de los 100.000 euros, y se sentía como tal.













Igual valen hasta para ir viendo porno…

Las puertas no tienen marcos para las ventanillas, lo cual resulta extraño en un coche tan alto como un SUV. No abren como las de un Serie 7, todo sea dicho, pero parece lógico tratándose de un producto supuestamente inferior. Y digo supuestamente porque más que inferior, el coche es diferente, como diferente resulta su portón posterior. Accionando el tirador de la izquierda, disponemos de una apertura de portón clásica que deja al aire un maletero que se me antoja pequeño, pero al que no veo forma de ganarle espacio. Dicho portón, se sujeta con los amortiguadores más gruesos que jamás he visto en un coche. Si abrimos usando el tirador de la derecha (ambos ocultos sobre la matrícula y eléctricos, no vayan a imaginarse unas manillas por ahí saliendo), sólo se abrirá la parte vertical, dejando el habitáculo aislado del exterior y proporcionando una imagen curiosa, por no decir espantosa. El acceso al coche es muy cómodo, pues queda a una altura perfecta para que no haya que agacharse ni trepar, y una vez dentro la altura libre al techo es excelente.













Lo del maletero


El motor del 535i es un seis cilindros de 306 caballos, y va unido a una imperceptible caja de cambios automática de nada menos que ocho velocidades. Porque lo pone la información del coche pues, como digo, pasa totalmente desapercibida. Es un motor impresionante que responde de manera bastante lineal, pese a tratarse de una mecánica sobrealimentada. Evidentemente no es un V8 en términos de suavidad, pero casi lo consigue. Su sonido sólo está presente en las aceleraciones fuertes, y siempre de forma muy filtrada y lejana. El coche está tremendamente insonorizado.

Ciertamente pesa una barbaridad, y la postura de conducción es más elevada que en un turismo normal. Quien haya viajado alguna vez en un Renault Vel Satis habrá notado, además de los ya mencionados asientos delanteros con miles de regulaciones, que el coche balancea en demasía y se siente torpe. Por eso, se podría pensar que el comportamiento del Serie 5 GT fuese a ser similar. Nada más lejos de la realidad. Teniendo en cuenta dos motivos fundamentales, como son el hecho de que el coche es tracción trasera y que lo fabrica BMW, pensar a priori así es pensar mal. Uno ha de imaginarse que el coche será todo lo ágil que le permita su tamaño. Y luego pasa lo que pasa, y el coche nos sorprende a todos como pocos lo han hecho hasta ahora. Es un vehículo alto y grande, sí, y extremadamente silencioso, pero que consigue transmitir una cierta sensación de velocidad más que agradable en autopista, manteniendo la estabilidad de la mejor de las berlinas, y que sube los puertos de montaña con una facilidad y agilidad pasmosas. Y frena, que es importante.












El comportamiento es espectacular, sin más. La dirección es tan directa en curvas como ligera en ciudad, la mecánica siempre está disponible, no hay movimientos extraños de la carrocería, y todo ello se hace disfrutando de charlas agradables dentro de un habitáculo extremadamente amplio. Pablo, sentado también atrás junto con Javier, dijo que nunca se había subido en un jet privado, pero que no debería de ser muy diferente a viajar en este 535i Gran Turismo. Y tiene razón. De hecho, hay jets privados más incómodos. Mucho más rápidos, pero más incómodos, y la mayoría suelen pecar de ruidosos.













Circular por ciudad no se hace complicado, salvo que uno tenga aversión a los coches grandes. Habituado a maniobrar entre el tráfico un Volvo XC90, este BMW se siente más ágil y sencillo de conducir, como si fuese una berlina más. Pero no lo es, no es una berlina… es la berlina. En estos tiempos de familiares levantados con defensas plásticas, coupés todo-terreno de cuatro puertas, berlinas deportivas agachadas, y suspensiones tremendamente secas se vaya donde se vaya, el BMW Serie 5 GT se muestra como el coche perfecto para viajar. Porque encima, por lo visto, no gasta en exceso.













Pero yo sigo sin encontrar motivos para comprar uno. El ejecutivo de banca bien pagado se va al Serie 5 berlina. El empresario ya de cierta edad y gustos clásicos optará por el Serie 7 y su condición de lo máximo. No es difícil adivinar que el constructor preferirá el SUV, al igual que las esposas de los empresarios o de la gente de más dinero, y es que el todo-terreno sigue siendo lo más dominante de la carretera y de la ciudad, y “si voy a esquiar…”. ¿Quién querrá un coche que mezcla a la perfección todas las características de esos modelos? Puede parecer que esa pregunta tiene una respuesta obvia, pero yo sigo sin verlo. No tiene cinco plazas, se va alto pero no en todo-terreno (aunque luego no se salga del asfalto), para ser cuatro plazas el maletero es pequeño (aunque luego no se llene nunca), no es “deportivo” como el X6 (aunque luego se conduzca igual), y es una auténtica cucaracha con ruedas. Bueno, y tampoco es un Porsche Panamera, claro.












Me gusta, me apasiona, me parece magnífico, pero nunca me lo compraría aunque lo mire con deseo cada vez que lo veo, y aunque probarlo haya sido una experiencia estupenda. Es un coche perfecto… pero no lo quiero tener en mi garaje. Es perfecto porque es amplio, cómodo, silencioso, ágil, rápido, seguro, directo, moderno, diferente… BMW se la juega sacando un Renault Vel Satis de superlujo y mejor fabricado. Supongo que sabrán a quién se lo van a vender. Motivos para no comprarlo, si se busca un coche caro para circular por carretera, sencillamente no hay, pero yo sigo sin verlo.

BMW Serie 5 Gran Turismo, disponible en varios colores sin que ninguno logre disimular su aspecto, desde 60.000 euros. Barato si lo comparamos con un Serie 7, pero que se pone en 100.000 a poco que nos pasemos equipándolo. Un jet privado, sin más.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No acabo de entender este coche. Lo veo como una extraña mezcla entre un 5, un 7 y un X6.

Anónimo dijo...

Opino lo mismo, no me gusta nada el rumbo que está tomando BMW. A mí póngame un Mercedes CLS 500.

Anónimo dijo...

Creo que casi todos estaremos de acuerdo en que la tresera es... ejem, desagradablea la vista.
Por cierto, tengo entendido que Bangle ya no está en BMW. ¿Este 5 GT es diseño suyo?

HAYA dijo...

Yo sólo puedo decir... ¿es que BMW no ha aprendido la lección que altruistamente le dio Mercedes con su R?

 
free web hit counter