domingo, 26 de abril de 2015

Conduciendo en Laos

Son habituales las discusiones en internet sobre situaciones que se dan en carretera, quién tiene razón, quién estorba, quítate tú, no puedes ir a más de 120 y por tanto te aguantas, no puedes invadir el carril por el que yo voy, etc… Muchos van más allá y hablan de criminalización de la velocidad, regulación recaudatoria y demás problemas del Primer Mundo que, cuando se ven las cosas con cierta perspectiva, no causan más que risa, una risilla socarrona. Y un poco condescendiente, no lo vamos a negar.

Hace algo más de 5 años que vivo en Asia, siendo conductor habitual desde hace un tiempo. He estado participando en alguna discusión y me ha parecido interesante compartir estas diapositivas que hice en su momento sobre técnicas de conducción laosiana, creo que pueden dar bastante juego. Curiosamente, todas ellas se dieron esta misma mañana, en un trayecto de 30 minutos desde casa al club de golf y volver. A las incontables motos que se incorporan a la carretera sin mirar, porque aquí nunca miran, y no es una exageración como cuando dicen de en Europa el que no mira antes de cambiarse de carril... no, no, aquí no miran, no giran la cabeza ni los ojos, simplemente ven los 5 metros que tienen delante, nada más. Pues eso, que a las innumerables motos que se te meten por delante, más los perros, las gallinas, los niños y algún que otro peatón, sumemos los siguientes ejemplos (disculpen que las diapositivas, hechas a Paint, vengan in inglés):

Lección 1: entrando a una carretera con giro a la izquierda

A uno se le queda cara de tonto cuando ha sido rebasado por dos motos y un camioneto mientras esperaba pacientemente en el teórico (que no existente) ceda.

Un stop con giro a la izquierda, nula visbilidad por ser cuesta arriba (mi calle) y haber coches aparcados en la calle principal (llana). Paro, miro a ambos lados, espero a que pase algo de tráfico, y cuando voy a salir me adelanta por la izquierda un Toyota Land Cruiser que se incorpora delante de mí, con dos cojones. Mientras tanto, una moto que pretendía salir de la carretera principal a mi calle, se me cuela por mi derecha (dirección contraria). Porque el Land Cruiser no podía esperar a que yo saliese (dado que él sale sin mirar, costumbre local) y el de la moto no considera importante el sentido de los carriles.

Este ejemplo nos lleva a la…

Lección 2: saliendo de la carretera por la izquierda

¿Comorl? 

La risa viene cuando eres tú el que está esperando para incorporarte y ves venir frente a ti a dos Toyota Hilux en paralelo, más tres motos con no menos de cinco personas a bordo cada una.


 Lección 3: tomando curvas en Laos

 
Inexplicablemente no se ven muchos choques frontales. 

La diapositiva no especifica velocidades, que pueden ser a todas luces elevadas para ir en lo que se va.

Como caso práctico, aunque sólo mostrando la mitad del tema por cuestiones de supervivencia personal, entro yo en una curva a derechas, por el carril contrario vienen dos motos en paralelo y un camioneto adelantándolas... por mi carril. Sin problema, hombre, me tiro a la cuneta y paro para dejarles pasar. Cuneta en la que hay un par de puestos de comida, tres motos, un niño, cuatro perros, etc... Lo mismo me sucedió unos kilómetros antes: bajada del club de golf, a esas horas la gente suele subir, por lo que no se esperan que nadie baje. Es una carretera estrecha pero por la que caben dos sin problemas, no hay carriles pintados. Curva a derechas ciega, yo extremo precaución porque me lo temo... Efectivamente, esta vez no es el Land Cruiser sasando la curva, picando el vértice, quien me obliga a tirarme al inexistente arcén, sino una moto que sube follada. Hace un aspaviento y termina sin caerse varios metros más allá en su cuneta. No me bajo del coche a mirar, que siendo extranjero me caerían a mí las culpas.

Lección 4: entrando a una carretera con la moto en Laos, giro a la derecha

Es fundamental no variar la velocidad, así como tampoco mirar si viene alguien. Venga o no venga alguien, se entra, punto.

Como dije, aquí no mira nadie. El tema es que una moto la esquivas, más o menos. El peligro es cuando no es ninguna moto, sino un tuk-tuk o directamente un camión.  El caso práctico de hoy: camino que entra en la carretera, veo un tuk-tuk aproximarse al cruce... efectivamente, no sólo no frena ni mira, sino que entra en la carretera justo delante de mí cuando yo voy ya hundiendo el pedal de freno. Siguiendo la práctica local de prudencia, el tío permanece ahí entre la cuneta y el carril, circulando a 15 por hora (o a la misma velocidad con la que haya entrado) durante unos cuantos metros (los que recorra en 30 segundos), no dejando sitio para adelantar con seguridad, pero sí para hacerlo jugándosela. No le adelanto porque sé que en breves acelerará a fondo, independientemente de lo que tenga delante, cosa que sucede justo cuando entramos en un poblado. Presten atención a ese sentido de la prudencia tan particular que se resume en “haz lo que te salga del pijo, si lo haces despacio no será culpa tuya”.

Lección 5: entrando a una carretera con la moto en Laos, giro a la izquierda, con poco tráfico

Conviene circular el mayor tiempo posible mirando el móvil o alguna otra cosa mientras se va por el carril contrario, independientemente de que venga alguien.

Observen que aclaro “con poco tráfico”, pues si hubiese mucho tráfico la técnica consistiría en pasarse al carril contrario antes del cruce para luego circular por el arcén contrario hasta que uno pueda cambiarse. Sucedido esta mañana: circulando por el medio de mi carril viene una moto en dirección contraria. Sí, sí, por el medio de mi carril, dado que la moto quería girar hacia donde venía yo. Freno, freno, la moto frena pero no se aparta. Paro, la moto para. La conductora me mira extrañadísima, no entiende que no me haya apartado yo a mi izquierda para dejarla pasar.

Lección 6: cuándo echar a andar con la moto en relación al tráfico

Nótese la necesidad de realizar varias eses al iniciar la marcha, que se hará a velocidades ridículas.

Esta maniobra afecta, en realidad, a todo tipo de vehículos, siendo aplicable también el ya mencionado principio de prudencia que indica que todo va bien siempre y cuando te mantengas treinta segundos a 5 por hora ocupando buena parte del carril (pero no todo, sólo el suficiente para que adelantar sea a su vez algo viable y algo peligroso).

Si esto no les parece suficiente, añadan un estado de carreteras honesto con el resto del país (es decir, en estado mejorable), y la inexplicable tendencia izquierdista que sufren los conductores locales, que les lleva no ya a circular por el centro de la carretera, sino más bien por un estrecho margen entre el centro y la mitad del supuesto carril contrario. Imposible adelantarles, claro. Se van a ese punto de forma irremediable, aunque luego corrijan y retomen posición en su carril.

Sumen la costumbre de nunca usar casco ni gafas de sol, lo que en días soleados les lleva a conducir con una mano tapándose la cara (¿ven algo? Yo siempre me lo pregunto). Y no se olviden de anticipar la excelente capacidad del personal para colocar en una misma calle el mayor número de obstáculos u ocupantes: tuk-tuk aparcado, tuk-tuk circulando en dirección opuesta, coche intentando circular, Honda Wave o similar adelantando al coche, Toyota Hilux en sentido contrario, dos motos en paralelo, una moto aparcada ocupando un buen cacho de la carretera, Toyota Fortuner aparcado, puesto de comida, taller de motos, tienda de vasijas. No, no es ninguna autopista, es una calle estrecha. Por último, añadan la estrecha relación que tienen con el alcohol. El cócktail, nunca mejor dicho, queda servido.

Supongo que estos ejemplos les habrán causado algo de risa. Quiero dejar claro que no es mi intención el criticar a esta gente sólo por criticar, ni mucho menos el reírme de ellos. Aquí se juntan dos variables que hay que considerar siempre: por un lado la falta de educación y de experiencia, y por otro unos valores sociales muy diferentes. Y es que cuando han estado a punto de tener un golpe, se ríen; si van despacio pueden hacer lo que quieran; la prisa no es algo habitual; es buen conductor el que libra accidentes, no el que no se ve involucrado en esas situaciones; la gente en posiciones sociales altas es considerada por aquellos en posiciones bajas como impunes, con carta blanca para hacer lo que quieran (y muchos como tal actúan, claro).

Muy poca gente usa casco, creo que usando cinturón de seguridad estamos mi mujer y yo en todo el país. No hay controles, no hay multas. La ley dice que en una moto sólo el conductor está obligado a llevar casco, los ocupantes (que suelen ser muchos) no. Con todo ello no es de extrañar que, en relación a la población del país, en Laos mueran 20 por cada 100.000 habitantes (4 en España), o 125,6 por cada 100.000 coches (5,8 en España) –datos de 2010–. De todas formas, esas cifras no van muy lejos de cómo era España hace 25 años, con 7.000 fallecidos al año para 38 millones de habitantes.

Para mí resulta triste ver estas cosas y saber de accidentes, pero más triste me parece ver occidentales, bien turistas bien residentes, que rápidamente olvidan el casco y otras medidas de seguridad. O ver profesores internacionales de escuelas privadas que no sólo no piensan en, eventualmente, incluir la seguridad vial en sus programas, sino que terminan las clases, cogen su moto, y sin casco van al bar más de moda a hincharse a cervezas, para luego volver conduciendo a casa. Ayer mismo tuve que dar un frenazo por culpa de una falang (extranjera) que se incorporaba a la carretera a bordo de su Hilux, hablando por el móvil, sin cinturón y sin mirar.

Estas cosas, no obstante, no deberían de quitar las ganas de venir a nadie, ni mucho menos. Pero quizá ayuden si deciden alquilar una moto, cosa altamente recomendable. Yo tengo claro que enfadarme sirve de tanto como el intentar educar a todo el mundo yo solo: de nada. En casa usamos casco en moto y cinturón en coche. Si así de paso la gente imita, pues tanto mejor. 

Pero si algo se desarrolla conduciendo por aquí es la paciencia, cualidad que me parece muchos conductores occidentales han olvidado. El otro día vi un anuncio (de Nueva Zelanda, tócate los pies) cuyo eslogan era algo como "levanta el pie, otra gente comete errores". Creo que es la paciencia y la conciencia de que en los demás vehículos hay personas que se pueden equivocar la clave del tema. Al menos, no imiten las costumbres asiáticas en casa.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Un tema realmente apasionante tu mierda de post... Tú sí que sabes lo que es la vida, «endulzao».

 
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