jueves, 20 de septiembre de 2012

Myanmar Airways, agradable sorpresa

Lo malo de vivir en estos países en los que vivo y pretender viajar no es tanto las dificultades para entrar y salir, sino los inabordables precios de los vuelos. Y es que sí, ahí está Air Asia con sus supuestos precios low-cost, pero a poco que no te coincidan los horarios o a nada que quieras llevar un mínimo equipaje, los precios se ponen muy cercanos a los de las compañías tradicionales. Y claro, éstas suelen trabajar en unas franjas horarias considerablemente más apetecibles.

Salir de Birmania es muy fácil, tan sólo hay que sacarse una e-departure form, cosa que se puede hacer por Internet o que te pueden hacer en cualquier chiringuito callejero en el que tengan un ordenador, y luego pasar el control de pasaportes. Por motivos absolutamente incomprensibles, mi última salida del país supuso un trámite de 22 minutos en la aduana, mientras el funcionario de turno miraba y remiraba mi pasaporte y mi visado, todo pese a tener un visado permanente de negocios con entradas y salidas ilimitadas.


Como digo, el verdadero freno son los precios de los vuelos. Y eso no sólo pasa con los vuelos internacionales, los vuelos domésticos tampoco son precisamente baratos, especialmente para los extranjeros (ya que los locales tienen unos precios subvencionados algo más bajos).

He tenido la oportunidad de volar con Myanmar Airways, tanto en vuelos nacionales como en internacionales. En éstos los aviones son muy diferentes, como lo es el servicio, como lo es el nombre de la compañía aérea. Es más, se trata de una aerolínea diferente, basada la internacional en accionistas de Singapur, tripulación de Singapur, aviones de Singapur… y comida birmana. Sin embargo, el turista habitual prefiere ignorar a esta compañía aérea y volar con las demás, o incluso hacerlo con Air Asia que, como suele pasar con todas las low cost, tiene más de engañifa que de otra cosa. La última vez que miré precios y combinaciones, la diferencia entre Air Asia y Myanmar Airways International (MAI) se quedaba en 11 dólares, con unos horarios que en el caso de Air Asia no me convenían y esa incertidumbre de “me dejarán subir al avión con esta maleta” de todas las malditas compañías aéreas de transporte de ganado.


El vuelo de MAI de Yangon a Bangkok no es que fuese puntual, es que cumplió su horario a rajatabla. Y es que en las demás te dicen que sales a las 18:35, pero la realidad es que a eso de las 18:40 el avión, con suerte, empieza a separarse del finger y a recorrer durante 15 minutos la plataforma del aeropuerto hasta llegar a la pista. El vuelo de MAI inició la carrera de despegue a las 18:35, ni antes ni después. Es ahí donde por fin ves la necesidad de estar en el aeropuerto con hora y media de antelación, no sientes tu tiempo perdido. Y lo curioso es que a la vuelta, despegando de Bangkok, sucedió exactamente lo mismo.

La comida no fue nada del otro mundo, aunque en un vuelo de hora y media tampoco se siente la necesidad de comer o cenar. Por lo que me han contado, la clase Business no tiene menús diferentes. Y digo “por lo que me han contado”, porque también me dijeron que mi vuelo no tendría clase Business propiamente dicha y que no merecía la pena reservar. Seguramente sea así en ciertos aviones, pero me desilusionó un poco entrar al avión y encontrarme con 12 hermosas butacas enormes tapizadas en cuero gris. De cualquier forma, la clase Turista no es en absoluto la más incómoda del mundo, y no se va mal.


El servicio a bordo, perfectamente correcto. Llama la atención la constatación de que el idioma birmano es complicadísimo y de que les gusta mucho hablar por megafonía o todo lo que parezca un teléfono. Las instrucciones de seguridad duran más del doble en birmano que en inglés, siendo muy gracioso el escuchar una parrafada interminable de más de un minuto de duración, sin respirar, y a continuación, oír a la azafata traducir al inglés un escueto: life-jacket. Imagino que la traducción literal será algo como “especie de chaleco de plástico que se infla y sirve para flotar en el agua para evitar que te ahogues si caemos al agua y que además es amarillo y sirve para todas las tallas”.

Vuelo sin ningún incidente, tranquilo, puntual y en un avión en nada peor que los de Air Asia o Bangkok Airways. Como tiene que ser. Eso sí, el viajero de clase Business es mejor que reserve con Thai, sin duda. ¿Recomendable? Totalmente, yo tengo claro que difícilmente volveré a volar con las otras si puedo hacerlo con MAI, siempre que sea volar de Yangon a Bangkok.


Y luego tenemos la aerolínea doméstica Myanma Airways. Por el camino ya ha perdido la R, aunque a veces la recupera. Es algo muy curioso lo que pasa con el nombre. ¿Alternativas? Para vuelos domésticos, el mercado birmano se llena con Air Bagan, Asian Wings, Air Mandalay, Yangon Airways y KBZ Airways. Todo compañías privadas, orientadas al viajero internacional y al mercado local pijo. Todas volando con el mismo tipo de avión, los ATR en versión 72 o 42 (Air Bagan también tiene un par de jets de la casa holandesa Fokker), todos haciendo exactamente las mismas rutas en los mismos horarios. Resulta gracioso aterrizar en, por ejemplo, Bagan y ver aparcados en el aeropuerto un aparato de cada compañía, todos de camino de vuelta a Yangon.

Myanma, qué billetes...

Y ahí está Myanma Airways con sus ATR, sus aviones chinos MA-60, sus viejísimos Fokker, y una pequeña avioneta Beechcraft nuevecita que usan para vuelos VIP a la capital, Naypytitaw. Y a la capital es a donde volé yo.

¿Diferencias con las otras compañías? Básicamente dos: los billetes son más pequeños y parecen sacados de los años 40, y el servicio a bordo es considerablemente menos amable. Porque lo demás, salvo la visible antigüedad del interior del Fokker, es exactamente lo mismo.

El Fokker, por fuera

El vuelo a Naypyitaw lo hice en el MA-60, que es un avión muy cachondo en el que el tren de aterrizaje sale directamente de los motores, y ves las ruedas cuando aterrizas y despegas. Lo cierto es que el aparato parece que lo terminé de construir yo en el garaje de casa, en plan improvisado, pero vuela perfectamente y me sorprendió lo suave y tranquilo que resultó el aterrizaje. El vuelo de vuelta, reducido el tiempo de vuelo a la mitad, se hizo con el Fokker. Mucho más rápido, sorprendentemente mucho más silencioso que el mismo aparato de Air Bagan, aunque también con un piloto con afición a hacer giros dejando caer la cola, cosa muy bonita y emocionante pero que a mí me deja totalmente mareado. Quizá fuese cosa del tiempo, con un tormentón cayendo sobre Yangon absolutamente sobrenatural.

MA-60, desde dentro y virando

Pero aterrizamos con suavidad, nos bajamos del avión, y fin de la historia. Como debe de ser. Eso sí, reconozco que el interior del avión da bastante cosa, es un verdadero viaje en el tiempo, que ya empieza viendo la decoración exterior del aparato. Yo entiendo que a la gente le dé miedo volar con Myanmar Airways, aunque sólo sea por el nombre. El historial tampoco es nada bueno, pero las cosas a día de hoy son diferentes, como lo son los aviones. Lo único que me molesta es no haber volado en el Beechcraft.

Beechcraft

De cualquier forma, me queda claro que si tengo que recomendar una compañía aérea para vuelos domésticos en Birmania, me quedo con Air Bagan. Aunque así contribuya a pagarle los Bugatti y los Rolls a su dueño.

2 comentarios:

Monica dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Monica dijo...

Nunca viaje por esta compañía pero ahora que se viene el cyber monday voy a tenerla en cuenta.. Quiero viajar bien, con buenos servicios y sin escalas. espero conseguir

 
free web hit counter