Y vuelta a lo de siempre. Llegan las vacaciones, que de verdad este año sí que son merecidas, y toca alquilar el coche con el que moverse por mi Asturias natal. Es lo que tiene el haber vendido aquel Mazda MX5, permanentemente dispuesto a poner una sonrisa en la cara de quien en él se montaba. Y, como siempre, toca sufrir la lotería de alquilar con Avis, no sólo en cuanto a modelos de coches, sino también en cuanto a formas de reservar. Y es que no se entiende que reservando en la oficina el alquiler cueste un 30% más que haciéndolo por internet, como tampoco se entiende que salga aún más barato reservando a través de la web de Iberia Plus. Bueno, en realidad eso sí se entiende (o se quiere entender), pero que en las webs uno no sea capaz de averiguar cuánto le va a costar el seguro a todo riesgo es tremendo. Allí estaba yo, ratón en mano y rezando a Santa IP del Sagrado Router para conseguir reservar un coche. Concretamente un Fiat 500, que cuando uno alquila coche por diez días mejor coger el más barato. A fin de cuentas, el 500 será barato pero también es molón, divertido y diferente. Eso sí, con el riesgo de obtener a cambio un Chevrolet Spark. No se preocupen si, como yo, no saben de qué se trata, aquí encontrarán información sobre semejante vergüenza.
Chevrolet Spark, la cosa…
Aterrizaje tras varias horas de vuelo, descansado gracias a la POR FIN renovada clase Business del vuelo de Thai Airways de Bangkok a Madrid (bueno, renovada relativamente, al menos ya no es de los años 70), y primera sorpresa de Avis: no hay Fiat 500 (eso ya lo sabía yo…), así que me dan un Seat Ibiza, que parece ser es de un grupo superior (lo que no se sabe es superior en qué).
Fiat 500, éste no.
Resignado, con muchas ganas de llegar a casa y pocas de discutir, y negándome a pagar más suplementos, salgo al parking para observar con terror varios Citroën C3 aparcados junto a mi Ibiza. Vuelvo a la oficina, los Citroën son de la misma categoría, pido que me lo cambien y… ¡no lo hacen! Los motivos son inexplicables, pero se niegan a darme alguno de los C3 y me tengo que ir con un Seat Ibiza azul oscuro, cinco puertas, gasolina de 85 caballos. Mi desgana por conducir eso es similar a la desgana del motor por acelerar, pero qué se le va a hacer, al menos me dará para escribir algo en el blog, pienso.
Y allá voy, autopista dirección Oviedo para comenzar el sufrimiento. A estas alturas el lector se habrá dado cuenta de mi galopante pijerío automotriz. Yo simplemente me propongo relatar mi realidad respecto al artefacto hispánico alquilado, cosa que haré como con cualquier otro coche.
Se da la casualidad de que exactamente un año atrás, había alquilado yo en París un hermoso Audi A1, y sinceramente creo que venía con el mismo motor, con lo que la comparación resulta evidente. Lo similar se lo describiré con gusto, mientras saboreo una brocheta de pollo al sobrevolar algo que debería de ser Valencia, pero que no lo es salvo que la ciudad haya encogido, cuando el avión se adentra en el Mediterráneo. Técnicamente todo el coche es lo mismo. Esa afirmación, generalmente dicha por quien no se pudo permitir el Audi y se conformó con el Ibiza o el Polo en el mejor de los casos, es tan cierta como inexacta. Sí, la base mecánica es la misma, con sus motores y demás. Se nota en el interior pues los pedales están tremendamente desplazados hacia el centro, tal y como comenté sobre el Audi A1. Uno pone el pie derecho bajo la línea central del volante y no pisa el freno, sino el embrague. Y el embrague se pisa como quien pone el lavavajillas, con nulo interés. Al menos, la caja de cambios no es excesivamente mala, muy Volkswagen, correcta. Y, fundamentalmente, el motor hace muy poco ruido y se siente fino, y eso es de agradecer. No deja de ser un motor de gasolina a estrenar.
Seat Ibiza
Aquí se termina la prueba positiva del Seat Ibiza azul oscuro de cinco puertas y motor de 85 caballos. Por desgracia, es así. He dicho que no es lo mismo que un Audi A1, porque cuando hablamos de estos coches que sirven para ir de un sitio a otro, lo que haya debajo del capó realmente pierde importancia, y uno se queda con tres variables principales: lo atractivo del coche por fuera, lo atractivo del coche por dentro, y el precio. Y, a la vista está, un Seat Ibiza ni es igual ni cuesta lo mismo que un Audi A1. El Audi, como era de suponer, es mejor. ¿Por qué? Porque los asientos, el volante, los mandos, las puertas, las ventanillas, los asientos traseros, el mini-maletero, los faros, la parrilla, el mando a distancia, los cuatro aros, el techo, las tapicerías, las alfombrillas, etc… son mejores. Negarlo, es negar la evidencia.
Se suele decir que los niños nunca mienten. Los niños mienten en cuanto se van haciendo mayores, aunque enseguida se sinceren. Pero les contaré que una rubia que pronto cumplirá 10 años dijo al ver el Ibiza que el del año anterior había sido mejor, que lo cambiase. Se refería a un BMW 116d. Tenía razón, pero eso es algo evidente incluso para un ornitorrinco ciego. La comparación con el A1 es tan odiosa que uno se limita a desplazarse, aparcar y huir corriendo de la escena sin mirar atrás. Hasta el punto de perder el coche en el aparcamiento de un centro comercial, por anodino, por feo, por todo. Y la rubia, desconociendo el manido Audi, tenía razón al pedir el cambio.
El interior suena a hueco, y todo él desprende un aire “sí pero no”. Cinco días bastaron para confirmar lo dicho la primera noche ante la pregunta de un amigo mío: ¿qué tal el coche? Despreciable. Cinco días bastaron para darse cuenta de que si uno ha de comprar un utilitario y necesita que su coche sea del grupo Volkswagen, por los motivos que sea, ha de comprarse el Audi A1. Si no, volvemos a lo dicho en el caso del Dacia Sandero: un Ford Fiesta.
Ford Fiesta
De veras, no soy yo de casarme con ninguna marca, pero viendo lo que hay en el mercado y volviendo a los tres factores que uno ha de mirar cuando se compra un coche de estos, sinceramente creo que el Fiesta es imbatible. Es atractivo, suficientemente espacioso y motorizado, debe de costar más o menos lo mismo, y mecánicamente qué más dará si los coches modernos son todos buenos. O el Citroën, con una pinta realmente simpática. Pero por favor, no el Ibiza. Bueno, un Polo… tampoco, el único Polo bonito era el del año 2000 en versión GTI, rojo.
El Seat Ibiza lo hay en versiones potentes. Iba a poner “deportivas”, pero me daba un poco la risa. Estoy seguro de que el turbodiésel anda de narices, no digamos ya los gasolina de mil caballos que deben de vender. Hace bastantes años, un verano, unas amigas mías tuvieron un Ibiza GTI prestado. Aquello andaba muchísimo (o mucho si aplicamos el factor de corrección del carnet recién sacado con un Xantia diesel). Es indiferente.
El coche fue devuelto a la casa de alquiler en cuanto se pudo asegurar seguir los cinco días restantes con otro modelo, sobre el que escribiré más tarde. Allí quedó. Curiosamente, esta mañana al volver al aeropuerto para salir hacia Madrid, aparqué mi segundo coche junto al Ibiza. Estaba muy mal aparcado. Creo entender a su conductor, y me lo imagino saliendo a toda prisa de allí, sin mirar atrás y deseando olvidar a un coche que, lo diré, me da y me dio asco.
Seat Ibiza, en realidad no es tan malo, el motor anda bien y es silencioso (y gastón, que los 9 litros largos se los bebió), hay bastante sitio dentro y seguro que no es caro. Cómprense un Fiesta y háganse un favor.
6 comentarios:
Muy chula la narración, aunque no describes los defectos.
He leido otros analisis tuyos y los haces muy bien. Da gusto leerlos, son divertidos, y no se hacen pesados
Pero este... por dios. Vaya tiempo perdido leyendo. No describes nada y solo dices tonterias.
Pasaría por 5 ibizas antes de comprarme un "Forfi"
Mi primer coche fue un ibiza, del 1995,imagínate...después me compré mi actual coche un citroen c4 precioso, un carrazo en comparación con aquel humilde ibiza y desde el primer año añoré a mi ibicita, el c4 todo y ser un cochazo con un buen motor me ha demostrado una fiabilidad mecánica horrorosa, de ahí que mi próximo coche haya decidido que vuelva a ser un ibiza de los nuevos que se ven muy chulos...o un a1 que también me encanta...el audi, aunque sea pequeño no juega en la misma liga...vale un kilo de los de antes más que el seat, por lo tanto es un poco mezquino compararlos, aunque he de decirte que el relato me ha gustado y te he imaginado huyendo del parking, jejejeje
Estoy de acuerdo con lo que comentan el resto... este análisis no es una análisis, es simplemente un odio personal, imparcial y subjetivo hacia la marca española.
Decir que el ford fiesta o un citröen son mejor que un seat ibiza te delata... no podías citar otro coches aun peores y menos fiables? El seat ibiza es MUCHO mejor que los anteriores, tanto en fiabilidad como en comportamiento.
Haztelo mirar.
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